




¡¡Ay... Santo Tomás.. Santo Tomás!!

¿O habrá que asegurar como el bueno de Galileo aquello de: "Eppur si muove !".





Evidentemente yo jamás he visto una de esas tarjetas, entre otras cosas porque no me he precupado de coleccionarlas. Pero para eso están los libros, amigo Hercules bis, para ver lo desconocido, para viajar por donde jamás podrán llevarnos nuestros pies o nuestras carteras, para acceder a lo ignoto, para aprender y documentarse en fin.
La foto está tomada del discutido libro de Francisco Aracil "LA Guerra Civil en la Historia Postal" (Edifil - 1996), y según asegura su autor, forma parte de su colección.
Te reproduzco además sus palabras:
.....Como consecuencia se crea la "Tarjeta Postal Infantil", que sólo puede ser usada por los niños evacuados de su residencia habitual y que se ajustará al modelo que la Dirección General de Correos señale oportunamente. Al mismo tiempo se establece que la correspondencia que se dirija a los niños que se encuentren en las anteriores condiciones será también gratuita. Lo cual ya resulta más difícil de controlar que en el caso de la correspondencia dirigida a los combatientes.
Nunca hemos visto ninguna disposición aprobando tal modelo, ni habíamos visto ninguna de esas tarjetas, hasta que hace unos años adquirimos en una subasta cinco modelos diferentes impresos por Ortega en Valencia, en los que se hace constar que Esta tarjeta sólo puede ser utilizada por los niños evacuados de poblaciones afectadas por la guerra .
Y añade esta nota:
Para más detalles, Francisco Aracil, La Tarjeta Postal Infantil, en Crónica Filatélica, núm. 119 de febrero de 1995.
A tu disposición está, si así lo consideras oportuno, el mencionado decreto del 29 de Octubre de 1936, por el que se crea y regula el uso de las citadas tarjetas. Existan o no.
(Por cierto... ¡No lo escribí yo!, por lo que si alguien encuentra faltas de redacción en él o poca credibilidad, ruego le eche la culpa en este caso al Gobierno Constitucional de la República del 36)
Un abrazo.