Ya que el "catedrático" Mario me nombra, me veo en el deber de intervenir. Intervención de lo más agradable pues en este caso se trata de uno de mis temas mas apreciados.
Coleccionar fiscales es una caña, es un pozo que no sé si tiene fondo y que cuando echas el cubo, siempre sacas agua, cada vez diferente y cada vez más interesante.
El tal cura, se lució; los pocos fiscaleros que en el mundo habemos nos hemos hartado de ver cartas preparadas. Yo, personalmente les tengo un cierto repeluz por mi naturaleza radical (radical en el sentido de "ir a las raices"). Pero en realidad son cartas circuladas, aunque no por necesidades de comunicación, sinó con interés filatélico.
Ocurre que a veces se han pasado toneladas al aplicar tarifas excesivamente inadecuadas o utilizar viñetas demasiado viñetas.
Respecto la carta que encabeza esta cominicación, me parece del todo excesivo aceptar el recorte del timbre de un papel sellado. Estos casos ultrapasan la frontera de lo filatélicamente ético.
Muchísimas veces, en cualquier escritura o documento público sobre papel timbrado, el sello que encabezaba el pliego no se obliteraba por lo que podía perfectamente utilizarse ejemplares ya usados.
No creo que exista una sóla carta con un sello recortado que no sea de complacencia.
La única diferencia que había entre el sello impreso en el papel y el timbre suelto (precisamente el motivo de llamarse "timbre móvil", era que era un sello que se movía y podía utilizarse sobre cualquier tipo de papel, en contraposición del "fijo", ya impreso), era que en el papel sellado el escudo estaba en reileve seco y en el móvil impreso en tinta. En muy pocas ocasiones (1904 y 1909) en ambos casos estaba impreso en tinta.
Aquí pongo el primero que tengo a mano para que se vea bien la diferéncia.
Hay una cantidad grande, un tanto por ciento excesivo de cartas "preparadas" con sellos fiscales. En principio, un servidor, las considera de segunda categoría y sólo las entro si tienen algún detalle interesante, incluso si me parecen barrabasadas.
Sólo el "olor" (la nariz), te puede dar orientación para aceptar una carta como producto de la necesidad y escasez de sellos de correos ante otra que parece que tiene el "aroma" de "trabajo filatélico".
Siempre podrán decir los que tienen manga ancha que son cartas realmente circuladas, y es verdad, por ello quizá merecen ser coleccionadas, yo tengo varias, pero sí reclamo que se coleccionen como lo que son: cartas circuladas preparadas filatelicamente.
Nadie puede cecir que los sobres primer día no son cartas preparadas y bien que se coleccionan, pero repito, se coleccionan como lo que son.
Os reproduzco, una carta con "aroma" de realidad de comunicación y comparadla con las otras que habeis reproducido del todo "inodoras".
¿verdad que se nota la diferéncia?
En Girona también teníamos el correspondiente cura filatélico,Mn. Taberner, no llegué a conocerlo pero por lo visto era influyente, era canónigo de la catedral o algo así. En tiempos de su "mandato", Girona fué quizá de las ciudades más filatelizadas. La sociedad Filatélica incluso le hizo un homenaje.
CATALOGOS DE FISCALES:
Los fiscaleros estamos de lo más huérfanos.
Las obras de mi admirado CARRERAS CANDI, casi imposibles de obtener.
El catálogo de papel sellado de ALLENDE, superagotado y subastados uno cada dos o tres años, salen por las 10 mil pesetas.
El BARATA, unas fotocopias que corren por ahí que no dejan de ser unas listas de precios muy limitadas.
GALVEZ, hizo un catálogo sobre 1920 del que sólo he visto uno, que tiene un buen fiscalero amigo y que prácticamente lo tiene en la caja fuerte.
Los fiscales de Cuba, impreso en Miami, y del que sólo he conseguido unas malas fotocópias.
El FORBIN, de Ivert de 1915, con sólo unas páginas dedicadas a España, muy limitado.
Lo que cataloga el EDIFIL, es una literal copia del Galvez Especializado de 1950; sin absolutamente ninguna nueva aportación y sólo limitado a los utilizados por correo.
Como veis, miseria.
Por cierto, en Filaposta, Hades, está preparando introducir en la biblioteca un catálogo de Carreras Candi.
Ya vale de rollo.
Un consejo, quienes haceis história postal, de provincias, comarcas o autonomías, introducid los fiscales. Arbitrios municipales, colegios de abogados, notarios, coleguios profesionales, juzgados... la colección coge una nueva perpectiva; y ahora aunque no son del todo fáciles de encontrar todavía se encuentran bastantes y a un precio que si la afición sube, que parece que sí, dentro de unos años seran de risa.
S. i I.