Hola a todos!
Lo primero, agradecer vuestras palabras sobre mis envíos.
A Raúl, decirle que acertadamente la revista de donde recorté las imágenes es la Muy Historia, en un número que conmemoraba los 100 años del fin de la I Guerra Mundial. Yo desconozco muchos más datos aparte de los típicos, así que admiro que reconocieras el casco en una imagen tan pequeña y lo contextualizaras. También quiero añadir que me alegra que a Natalia le haya gustado el envío.
A Jesús, decirle que creo que sobrevalora mis piezas y se infravalora a sí mismo, ya que sus envíos son verdaderas obras de arte que van más allá del concepto de “trabajo esforzado”. Cada detalle está perfectamente cuidado, tanto en el scrapbooking como en la escritura tan limpia. Yo tengo facilidad para esbozar dibujos, pero aquí hay gente con grandes conocimientos en distintas materias, personas que encuentran tesoros en mercadillos y otras que dominan el scrapbooking. Si yo intentara acercarme a ese nivel, no sé siquiera si llegaría a la categoría de “trabajo esforzado”.
De todas formas, viniendo de un profesional de la estética, valoro mucho tus palabras y me motivan a seguir trabajando.
Y de verdad que un gran profesional de la estética, porque mencioné que me interesaba el movimiento Fluxus, pero nunca hablé de Joseph Beuys, quien, de hecho, es uno de los artistas que más me interesan. De forma inconsciente, debe de haber quedado reflejado en mis piezas, y has sabido analizarlo de una manera casi adivinatoria. Digo "adivinatoria" por resumir el gran trabajo que hay detrás del estudio del arte, necesario para reconocer mis referencias solo con mirar la obra.
En cuanto al tema de la música que mencionas, no es mérito mío, es una herencia (y una muy buena herencia). Crecer con esa música de fondo ha hecho que la valore.
Bien es cierto que sería hipócrita decir que rechazo el reguetón. La música es música, y cada una tiene su contexto. En épocas en las que disfrutaba de la noche, el reguetón era un buen aliado, e incluso recorrí muchos kilómetros en busca de “raves” de música techno. Sin embargo, si busco un trasfondo, algo sobre lo que pensar o en lo que reflejar lo que siento, desde luego hay que mirar al pasado. Es por ello que, en mi día a día, cuando pinto o simplemente dejo pasar el tiempo, la banda sonora más adecuada es el “rock viejuno” jeje.
Algo que sí hay que reconocer es el tema de los conciertos con giras muy esperadas, en pocas ciudades, pero que, si conseguías asistir a uno, vivías una experiencia inolvidable. Nombres como los que mencionáis… Eso se ha perdido.
Como ya mencioné en mi carta de presentación, vivo de la nostalgia de tiempos que ni siquiera viví, especialmente de los finales de los 60 y los 70. No es casualidad que conociera a los Stonemasters; soy un gran aficionado a la contracultura de aquellos años. Amo a Janis Joplin, Bob Dylan y, casi a diario, devoro los poemas de Jim Morrison. (Teniendo en cuenta el triste y reciente fallecimiento de Val Kilmer, recomiendo la película "The Doors" (1991).
De hecho, llevo mucho tiempo detrás de un objeto relacionado con uno de los eventos más significativos del movimiento, y este domingo termina la subasta en la que espero conseguirlo. Si lo logro, haré una serie conmemorandolo.
Simpatizo con Rafael en el tema de los Bee Gees, también por herencia. De hecho, en mi segundo coche, el actual, que ya tiene sus años, me llevó meses cambiar la radio por una con Bluetooth. Así que, durante todo ese tiempo, mi música diaria y la que me acompañó en viajes largos fue el álbum “Spirits Having Flown” de los hermanos Gibb y “A por ellos… que son pocos y cobardes” de Loquillo y Los Trogloditas. Ambos en bucle.
Como curiosidad, y viniendo al tema, además de aprovechar para presentarme un poco más con mis rarezas. Por algún motivo, ya sea ritual, experimentación, el simple gusto por la sensación o alguna forma de dejar grabado aquello que vivo, se convirtió en costumbre que personas con las que sentí afinidad, ya fueran lo que Joaquín Sabina llama “aves de paso” o personas que quizá se quedaron más tiempo, me “tatuaran” algo que en ese momento tuviera significado.
Pongo “tatuar” entre comillas porque, en muchos casos, fue su primera vez y, en la mayoría, se utilizaron metodologías talegueras, donde los materiales profesionales brillaban por su ausencia y aparecían agujas y tintas de bolígrafo o de procedencia dudosa. Alguna vez pensé que era una mala idea y que me arrepentiría, pero con el paso de los años miro aquellas escrituras o símbolos como si fueran los anillos de un árbol. Me generan nostalgia y buenos recuerdos de aquella noche o de aquellos meses en determinado lugar.
En mi defensa, diré que siempre tuve presente el futuro y que, si me vierais en una piscina con un bañador de natación, no veríais ninguno de estos jeroglíficos (dejo a la imaginación mi lienzo).
Pues bien, una de esas madrugadas, coincidiendo con una época en la que escuchaba obsesivamente a los Bee Gees, quise homenajearlos y pedí que me tatuaran una interpretación gráfica de la canción Too Much Heaven. ¿El resultado? Bueno… me quedo con el momento que compartí, que sin duda quería que quedara tallado en el muro.
Como regalo tras esta extensa historieta, os adjunto el enlace de este mashup, el cual considero que está muy acertado (sin desmerecer a las canciones originales).
Stayin' in Black (Bee Gees + AC/DC Mashup) by Wax Audio
De nuevo muchas gracias a todos por las palabras hacia mis envíos.
Un verdadero placer siempre.
Un saludo!!