CARTA, LETRAS Y EPÍSTOLA, II: ETIMOLOGÍA DE LAS PALABRAS
[1] Como podemos suponer, tanto el término «carta» como «letras» y «epístola» proceden del latín, si bien
carta y
epístola tienen su origen primigenio en griego. En la Grecia clásica, el término χάρτης
khártēs (de donde derivará carta) tenía el significado exclusivo de ‘papel’ (entendido como ‘papel-sustancia’, lo que sería equivalente a ‘papiro’), pero nunca tuvo en griego el sentido de ‘escrito enviado'. Para expresar ‘escrito enviado’ los griegos utilizaban el término ἐπιστολή
epistolḗ (del cual se llegará a
epístola), cuyos significados eran ‘encargo’, ‘mandato’, ‘orden’, ‘comisión’ o ‘mensaje’, pues derivaba del verbo ἐπιστέλλω ‘enviar’, ‘comunicar’, ‘notificar’ (también ‘llevar’, ‘despachar’, ‘preparar’, ‘disponer’, ‘equipar’, ‘escoltar’, ‘acompañar’, ‘mandar llamar’, ‘ir’ o ‘partir’).
[2] Estas mismas acepciones de las palabras en griego se traspasarían a sus equivalentes en latín durante el periodo romano. La evolución del término griego
khártēs dio lugar en latín a
charta /
carta con el mismo sentido de ‘papel-sustancia’ o ‘la materia de la que está hecho el papel’, y ἐπιστολή
epistolḗ pasó a
epistŏla (latín) para expresar ‘escrito enviado’.
[3] En latín,
carta con el tiempo fue ampliando su sentido a ‘papel en blanco’ (lo que diríamos ‘folio’ u ‘hoja de papel’) y ‘papel escrito’ (lo que dejará una equivalencia muy común todavía en la época medieval de
carta = ‘tipo de escrito’ o ‘documento’), pero el sentido de ‘escrito enviado’ en el vocablo
carta (en lat.) tan solo se atisba muy ligeramente y en época muy tardía. Por su parte,
epistolḗ pasó a
epistŏla, pero con el tiempo también fue desplazando su sentido hacia el
ámbito literario para indicar «epístolas literarias» (un subgénero literario) y hacia el
ámbito religioso para indicar las comunicaciones de la iglesia (conocemos como
epístolas a las cartas de san Pablo o de san Agustín, por ejemplo).
[4] Para rellenar el hueco del significado de ‘escrito enviado’ (que nunca llegó a llenar «carta» y que «epistŏla» comenzó a dejar libre) en latín se desarrollaron dos formas nuevas: 1):
litterae ‘letras’, plural de
littera ‘letra’ y 2) la forma
missus, -a, -um, participio pasivo del verbo
mitto,
mittĕre ‘enviar’, de donde derivará más tarde en castellano
misiva (y a la que estudiaremos en otro capítulo, pues de la misma raíz proceden también los términos
mensaje /
mensajero y
emisario).
[5] Como ya habéis apuntado algunos compañeros, la influencia de
litterae será tan fuerte que impregnará a las principales lenguas romances, sobre todo francés (
lettre) e italiano (
lettera), también a las lenguas romances peninsulares (castellano, gallego, portugués:
letra(s), catalán:
lletra); incluso llegará hasta lenguas no romances (inglés:
letter). La única excepción es el rumano, que hacia ‘escrito enviado’ (léase carta) evoluciona
scriptus (lat.) ‘escrito’ >
scris (rum.) ‘escrito’ >
scrisoare (rum.) ‘carta’.
[6] Pero la cuestión más importante es que, así como en francés, italiano (e inglés),
lettre,
lettera y
letter quedarán como palabra dominante para expresar ‘escrito enviado’, en castellano será
carta la que ya desde el origen del idioma comience a desarrollar ese sentido e irá desplazando progresivamente a
letras. Cuando vayamos viendo más cosas quizás atisbemos entre todos alguna hipótesis sobre esto.
Disculpad el tocho, pero esta parte no la podía dividir pues los conceptos estaban interrelacionados. Prometo dejaros tranquilos unos días
para dejar tiempo a ir comentando esto y animar a la participación de los compañeros (el objetivo de este hilo es entretener un poco el foro este verano). La semana que viene iremos viendo más entregas sobre las primeras apariciones de estas palabras en castellano escrito.
Gracias por vuestra atención.
"No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, tan sólo si marchamos por el mismo camino" (Goethe)