Ha sido una carrera un tanto rara por los accidentes, el pinchazo del Kaiser, su gran remontada... el alemán lo ha intentado todo y casi se cuela en el podio de la última carrera pero no ha podido con el guaje ¡Qué mala suerte!

Pero como hay que ser caballeros, hay que reconocer que el título mundial logrado en las pistas frente a un contrincante de la talla del Emperador se revaloriza. Lástima que haya habido sombras de subterfugios de oficina y penalizaciones más que dudosas.

En fin, al final... ¡la victoria es nuestra!.



¡Puxa'l guaje!