Historia de la caligrafía, VI: La 'minúscula carolingia'.
En el año 768 d.C. un hombre de nombre personal Carlos, llamado Carlos I el Grande, en latín Karolus Magnus, y conocido por la H.ª como
Carlomagno, es elegido rey de los francos, rey nominal de los lombardos desde el 774, y coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico el 25 de diciembre del 800 por el papa León III en Roma. Carlomagno fue el mayor intento de restaurar el antiguo Imperio romano de Occidente y ejerció un amplio reinado sobrre la mitad de Europa: desde toda Francia hasta Alemania, pasando por Flandes, la mitad de Italia y amplias áreas de Centroeuropa. Por su largo reinado (hasta el 814) y la amplia vastedad de su territorio, Carlomagno impulsó mucho la producción del saber (y las comunicaciones), en una etapa que se conoce como el
Renacimiento carolingio y que ocupa finales del siglo VIII y el siglo IX, pues a su muerte fue continuada por su sucesor Ludovico Pío.
En esta etapa carolingia de florecimiento de la producción de saber (copias de textos) Carlomagno impulsó un tipo de caligrafía uniforme para usarse en todo su territorio, que es la que
se considera la caligrafía más importante de la Historia por todo lo que ha legado. No todo fue puramente original, sino que algunas cosas fueron adaptadas de cosas anteriores que estaban apareciendo incipientemente, pero a él se debe haberlas sintetizado y dotado de un corpus sólido, y haberlas dejado para la Historia durante un amplísimo periodo de tiempo: la caligrafía carolingia dominó en toda Europa entre los siglos VIII y XIII, y por ello se consolidó como el tipo de escritura total, cuyas características se mantienen hasta nuestros días. Obviamente, no fue Carlomagno quien desarrolló la caligrafía, sino su corte de filósofos e intelectuales. El trabajo fue encomendado a la vanguardia de la cultura y el saber en la época, que en los siglos VII y VIII se hallaba en los monasterios irlandeses y británicos; un conjunto destacado de pensadores irlandeses y británicos, encabezados por
Alcuino de York, se dirigieron a Aquisgrán para dirigir este Renacimiento carolingio y ellos impulsaron esta caligrafía. Entre las
innovaciones de la caligrafía carolingia están las siguientes:

Fue la primera que
introdujo el espacio de separación entre palabras para favorecer la lectura de los textos; esto fue absolutamente nuevo y ya no se abandonará jamás.

Introdujo y consolidó los
signos de puntuación. Ya estaban apuntados un poco antes, entre otros, por san Isidoro de Sevilla, pero en la corte carolingia se sistematizó el uso de tres signos de puntuación para terminar las frases, los párrafos y hacer una pausa en el interior de las frases, que darían lugar al punto, la coma y el punto y coma. A lo largo de la extensa vida de la caligrafía carolingia también aparecerían los signos de interrogación y exclamación.

A lo largo de esta extensa vida de la carolingia también se manifiestan algunas evoluciones: la 's' fue pasando de una forma como la de la 'f' minúscula a la forma actual que conocemos de la ese; la 'v' adoptó la forma de 'u' y se acabó poniendo un punto encima de la 'i'.

Distinguió
dos tipos de letras en los textos: La letra capital (la primera letra de cada párrafo), generalmente escrita en caligrafía uncial, en un tamaño mucho mayor que el resto del texto y decorada o acompañada de dibujos, y el resto del texto en el que las primeras palabras iban en mayúsculas romanas en tamaño medio, luego una primera línea generalmente en semiuncial en tamaño algo menor y luego todo el resto del texto en tamaño más pequeño. Esta es la estructura de la caligrafía carolingia en el que se pueden ver estos aspectos (fragmento del folio 144 del
Salterio de Ramsey, último cuarto del s. X):

Esta aparición de tipos de letras de distinto tamaño, unas de las cuales (las capitales) se escribían entre dos líneas y tenían todas la misma altura, y otras (las del texto) se escribían entre cuatro líneas, pues algunas sobresalían por arriba (la b, la d) y otras por abajo (la g, la p, la q...), dio lugar a
la distinción que hoy conocemos entre letras mayúsculas y letras minúsculas.
Todas las innovaciones de la caligrafía carolingia han permanecido en la historia y forman la base de todas las caligrafías posteriores. Porque la aportación más importante (aparte de la del espacio de separación entre palabras) se considera la distinción entre mayúsculas y minúsculas,
a esta caligrafía se la conoce como minúscula carolingia, o también carolina o galicana.
Este es el alfabeto carolingio original:
Y esta es la evolución de la caligrafía conocida como carolingia:
"No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, tan sólo si marchamos por el mismo camino" (Goethe)