Pues, sin que sirva de precedente

, estoy totalmente de acuerdo con Jota en este tema (y me alegra ver además que al menos en un aspecto nos empezamos a cuestionar el statu quo filatélico establecido, que a veces parece que tenemos que aceptar siempre todo "porque es así", como si no quedara más remedio).
Si acaso, lo único que añadiría a su aportación es que el mismo análisis comparativo que él hace de la Filatelia con el campo del derecho (y del que no sale muy bien parada la Filatelia, obviamente) podría extenderse a prácticamente cualquier otro campo (educación, sanidad o empresas de ingeniería o de cualquier tipo). Más allá de los fedatarios, los notarios, los registradores... cualquier tipo de auditor, de evaluador de sistemas de calidad, de inspector, de cualquier área precisan de: a) una formación específica (y extensa) y muy bien acreditada (y no vale eso de
"me dicen los amigos que yo soy experto, pues a hacer dictámenes que me pongo") y, sobre todo, b) debe demostrar una independencia de cualquier tipo de vinculación comercial con aquello que audita, inspecciona, evalúa, etc.; porque, en caso contrario, podría sospecharse siempre, con mucha razón, que los dictámenes no sean del todo neutros.
Lo que no sé es si los que damos cancha a esto, como a muchas otras cosas, seguimos siendo nosotros mismos, los filatelistas, por "consumir" estos productos sin cuestionar nunca lo que nos ofrecen. Si nadie comprara esa pieza por no estar "suficientemente acreditada" o porque "no consideramos que esa acreditación sea imparcial" (en cristiano pardo; que no nos fiamos de ella), pues entonces igual otro gallo cantaría.
"No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, tan sólo si marchamos por el mismo camino" (Goethe)