Recuerdo la subasta de este lote y su estudio como si fuese ayer, y eso que ya han pasado fácilmente unos cuantos años. Yo estaba muy interesado por la carta de Sevilla (lógicamente), pero informado por el enviado de Argus de su interés, "no hice sangre" y dejé que les diera calor en su casa
Lo cierto es que para mi eran y siguen siendo un enigma. Puestos a teorizar, y si se me permite, yo observaba cosas a favor y cosas a favor de estas cartas y de su "fraudulenta" utilización.
En contra:
1.- me llamaba la atención fuertemente la ausencia de continuidad en los matasellos de parrilla de origen, fácilmente distinguibles de las puestas en llegada por el distinto nivel de engrase. Quiero decir que se cortan en seco quedando espacios en blanco donde debió ir un sello completo, mientras que estos cuños siguen vivos en el exterior de esta presumible zona. Luego en mi opinión, estas cartas (o la mayoría) salieron de sus orígenes con sus sellitos completitos (usados previamente o no, que esto ya es un suponer tras el posterior "destrozo").
2.- Igualmente, no sería descabellado pensar que constituyen la totalidad de las cartas recibidas en esta pequeña localidad en esos días de 1853, que no iba a recibir miles de cartas, digo yo. ¿Es que todas llegaron fraudulentamente franqueadas?
3.- Era uso habitual entre los antiguos filatélicos el destrozo sistemático de archivos (lo he visto ya tantas veces...

) intentando sencillamente arrancar el sello de las cartas para que lo que es el documento siguiera en el archivo de turno por no interesarle sencillamente "las cartas", y cabe pensar que los sellos fueron destrozados en esos vanos intentos y matasellados fuertemente con posterioridad (y ahora si cubriendo las zonas "blancas" donde antes hubo un sello) con un cuño más o menos "fartulesco" como decimos por aquí

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4.- ¿Ni una tasa? Como se ha dicho, estos usos debieron ser cuando menos tasados.
Pero vamos con el "haber"..
1.- Las parrillas llamémoslas "segundas" o en llegada, para mi sería absolutamente segura su estampación en destino (entendiendo por estafeta cercana Almaraz) y
2.- Parecen cuños auténticos y de estampación coetánea, con unas apreciables manchas de grasa muy similares.
¿Mis conclusiones?
Sigo sin atreverme a sentar cátedra (y Dios me libre), porque por un lado me gustan a reventar y me parecen mas buenas que el pan, y por otro la lógica histórico postal me azuza la cabeza. Me inclino por un segundo matasellado en destino con posterioridad inmediata a la terminación de un tránsito postal impoluto. ¿Por qué? Pues probablemente porque algún amante de los sellitos siglo XIX decidió un buen día intentar arrancar de mala manera los sellos de las cartas de ayuntamiento, y que advertido el intento, un probo funcionario o secretario del ayuntamiento procedió a requerir de los funcionarios de Correos a re-matasellar hasta la extenuación intentando tapar el expolio.
En todo caso, me parecían y me siguen pareciendo sumamente atractivas por una causa u otra
Y perdona amigo Francesc que puntualmente discrepe de tus siempre acertados comentarios: eso no quita un ápice al respeto que te tengo.
