He recibido en mi despacho profesional este imaginativo talibán, dedicado a un chiste
de Forges, que además de arrancarme una carcajada y haberse convertido en objeto
de comentarios por parte de colegas y amigos, da que pensar acerca del escaso celo
de algunos funcionarios de clasificación y reparto.
El cartero ha rectificado el código postal, haciendo caso omiso del talibán:

Detalle del talibán, impecablemente obliterado con el matasellos de Correos:

Muestro el talibán en todo su esplendor, para regocijo de su artífice:

Un fuerte abrazo a todos,
EQ