
Tengo secuestrada a una cabra de Umm Al Qiwain que está muy sola y quiere ir a jugar con sus amiguitas de Alicante.
Pero no va a salir de aquí hasta que esos sellos de Maluku Selatan no estén en uno de mis clasificadores.
Si terminan las subastas y esos sellos no son mios, me veré obligado a meter al animalito en un horno y regarlo con Ribera del Duero.
Mira como llora la pobre y tierna cabritilla y piensalo bien, seguro que no quieres tener ese peso en tu conciencia y que la inocente criatura termine crujiente, tostada y rodeada de patatas en una fuente.
Ya se que el secuestro, el chantaje, la extorsión y demás, son cosas muy feas; pero esto es la guerra y...
Es lo que hay...
5,15