Pues seguimos con el aeropuerto cerrado, las carreteras colapsadas... pero el parque que tengo al lado de casa estaba así de bonito.
Y la gente; disfrutando. Los jubilados que juegan a la petanca contándole al africano que nunca había visto la nieve que esto no es nada, que para nevadas las de antes... Los niños con los muñecos y las bolas, los perros con las carreras, las madres con más carreras detrás del perro o detrás del niño...
Los políticos culpándose unos a otros del caos... En fin, que resulta estupendo comprobar que seguimos siendo unos críos.
Y la ciudad, vestida de fiesta. Da gusto salir a hacer la compra.