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MI ABUELO, CASI UN SIGLO DE LA HISTORIA DEL CORREO DE ESPAÑA

Temáticas ya sean Dinosaurios, Sumerios, Actores de Cine, Ajedrez, Sartenes en la Filatelia. También para charlar de los programas de emisiones de países extranjeros, sus sellos y sus motivos
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jeroca
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MI ABUELO, CASI UN SIGLO DE LA HISTORIA DEL CORREO DE ESPAÑA

Mensaje por jeroca »

Me decido a lanzarme al ruedo con este tema fascinante, fascinante por que mi abuelo murió antes de cumplir los 95 años en 1977, después de llegar a ser Sub-inspector general de correos y Jefe Superior del cuerpo de técnicos del estado (o sea el empleado de mayor rango dentro del cuerpo de técnicos del estado) .Mi tío Antonio Casals Marcén que murió con 96 años el año pasado, realizo una biografía sobre su padre, en ella hay retratos de las costumbres y de hechos de la historia de España que ocurrieron en vida de mi abuelo, y de la que fue testigo, con esa biografía me lanzo ha construir una temática del correo y de mi abuelo.
Y pido ayuda para localizar piezas de historia postal con fechas relacionadas con el relato, evidentemente las pagare.
Esa biografía son más de 70 páginas que de momento no voy a colgar, o por lo menos aquí iré colgando alguna parte de capítulos.
Esta redactada en primera persona por mi tío, y si más preámbulos empiezo:

Vida hasta el ingreso en correos
(os recuerdo que está contada por su hijo, mi tío, sobre el año 1980)

Nuestro padre, Antonio Casals Albá, nació en Serós, Lérida, el día 7 de octubre de 1883. Fueron sus padres, Simón Casals Cospinera y María Albá Pena; sus abuelos paternos Antonio Casals Agustí y María Cospinera Castellnou; y los maternos Francisco Albá Nogués y María Pena Lostaló.
Serós es un pueblo a orillas del Segre, que hacia los años 50 de este siglo contaba con unos 3.000 habitantes; tiene buena huerta regada por acequias que toman sus aguas del Segre y de un canal que las trae del Noguera-Ribagorzana. El pueblo es rico en variados productos, y así debía serlo en los años del pasado siglo en que nació nuestro padre. Para situarnos en la época, partiendo de nuestro tiempo, vamos a imaginárnoslo dentro de una economía más local que la de hoy, con un entorno geográfico enmarcado por Fraga a 8 kilómetros y Lérida a 30. Lérida, capital de la provincia, sede diocesana, que existía ya con el Imperio Romano, y que entonces, en 1883, ya tenía estación de ferrocarril con una antigüedad de algo menos de 25 años. Entonces, cuando vino al mundo nuestro padre, en el término municipal de Serós se producía trigo y otros cereales, aceite, vino, ganado, hortalizas y carbón; es decir, todo lo más inmediatamente necesario para vivir. Los excedentes que necesariamente se producirían después de atender a la vida local, serían transportados por carro a Fraga y Lérida y con el producto que de ellos se obtuviese se adquirirían el resto de los bienes necesarios para la vida, para el equipo agrícola e industrial y aún quedaría algún resto ahorrado. Igual que en los demás pueblos, no había luz eléctrica, ni agua corriente en las viviendas, ni desagües sanitarios, ni teléfono, ni telégrafo, ni otro transporte que no fuese el de tracción animal. En 1883 hacía solamente dos años que Edison había presentado su lámpara de filamento incandescente en la Exposición de París, y hasta que transcurriese el tiempo necesario para que ésta se divulgase, florecía en nuestra sociedad occidental la lámpara de petróleo con sus frágiles tubos de vidrio. Pero en una región aceitunera del bajo Segre, ¿habría podido el petróleo desbancar al viejo candil de aceite, que ya usaban los romanos?. Hay que pensar que no; que en las viviendas más humildes de Serós aún se alumbraban principalmente con candil, y que solamente en las más acomodadas dominaba en las noches la luz más blanca del petróleo y de alguna vela de esperma. En cuanto al telégrafo, podemos asegurar que llegaba a Lérida, quedamos en la duda de que lo tuviesen en Fraga, pero estamos seguros de que Serós se pasaba sin este medio que hoy nos parecería tan necesario a falta de otro mejor. Estas pinceladas pretenden dar fondo al ambiente en que nació, nuestro padre Antonio.
Sus padres, nuestros abuelos, procedían de casas de agricultores acomodados, en las que la institución del mayorazgo se conservaba con toda su fuerza para evitar la división del patrimonio familiar, lo que hubiese supuesto la aparición de minifundios empobrecedores. Por eso, Simón, el padre de Antonio, nuestro abuelo por tanto, tuvo que conformarse al casarse con llevar como aportación patrimonial mil duros de plata. En los tiempos en que la riqueza de una casa en el medio rural se medía por pares de
mulas, los duros de plata debían representar una diferencia notable en relación con los otros duros, ya fuesen de papel o sobre el papel, porque nuestro padre, en cierta ocasión, la única que yo sepa habló de ello, recalcó con énfasis que se trataba mil de duros de plata. Nuestra abuela María aportó a su matrimonio dos mil pesetas, sin que nadie haya afirmado que fuesen de plata, lo que demuestra o una más modesta procedencia o quizás más probablemente una menor obligación de la mujer frente al hombre para apechugar con los problemas económicos de la nueva familia. Con los mil duros de brillante metal y las dos mil pesetas de lo que fuese, el nuevo matrimonio puso tienda hacia el año 1882, constituyendo con ella la base de la economía familiar mientras se mantuvieron en Serós, donde nacieron todos sus hijos y de donde salieron ya comenzado el presente siglo.
¿Qué clase de tienda era y qué se vendía en ella?. Exactamente no lo sabemos, pero no parece muy arriesgado suponer que era como otras muchas que hemos visto en los pueblos hace unos cincuenta años, con un mostrador y unas estanterías toscas, un techo con las vigas de madera al aire, alguna silla de anea alrededor de una mesa, paredes enjalbegadas, alguna balanza y mucha mercancía colgada de techos y paredes, y en ella se vendía todo cuanto se necesitaba en un pueblo agrícola en aquellos tiempos, principalmente todo aquello que había que traer de fuera, ya fuese comestible, artículo para vestir o equipo de casa o trabajo. La tienda se abriría al comenzar la jornada activa, ¿al amanecer?, y se cerraría a la hora de irse a la cama; entonces no había otras cosas que hacer y la gente trabajaba, aunque mucho más reposadamente que ahora, casi todas las horas que no correspondían al puro descanso. Pero Simón, nuestro abuelo, en las horas de actividad reducida, que habrían de ser bastantes en su negocio, no iba a perderlas sin más beneficio. Para aprovecharlas decidió hacer algo que pudiese vender él mismo, decisión que no sé si fue previa a la apertura de la tienda o posterior, y que le llevó a hacer alpargatas. No sé qué clase o qué cantidad haría, porque las variedades de este tipo de calzado han sido muchas y la dedicación a industrias complementarias dentro de un negocio familiar como el descrito podía tener muchos grados. Yo aún puedo recordar en las zonas rurales e incluso en los barrios populares de nuestra ciudad a los artesanos que, a horcajadas sobre un banco apropiado, arrollaban la trenza de cáñamo dando forma a la suela, a la que daban rigidez con cosidos transversales, y a la que después unían la lona o las trencillas que habían de sujetar la suela al pié.
Y de aquél matrimonio que hemos situado en la tienda de Serós, ocho hijos nacieron de los que tres murieron a poco de nacer y cinco perduraron. De estos, los varones, Antonio, Pedro y Manuel vinieron al mundo en los años 1883, 1893 y 1903, y las hembras, Ramona y Teresa en los 91 y 96 del siglo pasado.
En el matrimonio de Simón y María se conserva un nivel cultural algo más elevado del que corresponde a su entorno social y a su época. ¿Procede éste de sus familias respectivas? No lo sé, porque poco sé de ellas, sobre todo de la de Simón, ya que al morir el abuelo Antonio algo debió ocurrir que sirvió para que se distanciasen entre sí sus hijos. Lo cierto es que ese nivel cultural se traduce muy pronto en una preocupación por la instrucción de los hijos que se ve mantenida durante toda su juventud. El mayor, Antonio, que constituye el eje de esta historia, empieza a ir a la escuela muy pronto. La escuela es la nacional del pueblo, donde por entonces cayeron dos maestros, de los que ignoro los nombres y la procedencia, pero que acusan cultura, preparación pedagógica y sobre todo vocación para la enseñanza. La influencia de estos, conservada a lo largo de toda su vida, sin que esto excluya la influencia de sus padres, más la de su madre, que también tuvieron importante participación en su formación.
Antonio salió listo y además dócil a las enseñanzas de sus maestros, quienes lograron de él un alumno aventajado, muy aventajado. A este alumno había que sacarlo del pueblo, donde muy pocas posibilidades había para él. Entonces los caminos por donde abrirse un porvenir un joven en las condiciones de Antonio eran escasos y difíciles. Las carreras universitarias eran caras y largas, demasiado largas y demasiado caras para las posibilidades y futuras necesidades de aquella familia. ¡Maestro!.¿Por qué no fue maestro nuestro padre?. Es una conjetura mía, pero quizás su primera intención fuese ésta, impresionado por la imagen que anta él presentaban sus dos profesores. Claro es que los sueldos de miseria que entonces tenían los maestros, que hoy nosotros no podemos concebir, más las dificultades tenidas para colocarse en algún lugar apetecible, pudieron ser razones suficientes para hacerle desistir de su primer deseo.
Por entonces, en los tiempos de la adolescencia de nuestro padre, en España se estaba saliendo, con un retraso de algunas décadas en relación con los otros países de Occidente, de una economía gremial sin grandes exigencias organizativas, y el Estado tenía que adquirir una estructura adecuada a la nueva situación. En ella, unos cuerpos de funcionarios más técnicos y sobre todo más estables, eran imprescindibles. Empezaba pues la época de las oposiciones para empleados del Estado a poco de haber desaparecido aquella estampa de los cesantes políticos que hemos conocido a través del teatro y de las novelas de finales del siglo XIX.
Una hermana de la madre de Antonio, Francisca, se había casado con un viudo de Mayals, pueblo cercano a Serós, quien se había establecido en Zaragoza para fabricar jabones. Hay que pensar que su oficio lo trajo de Mayals, donde la producción de aceite era muy abundante, principal materia prima para los jabones de entonces, y también que Zaragoza empezaba a resurgir debido a los ferrocarriles y al más intenso cultivo de las huertas. Por eso parece lógico pensar que eligió esta ciudad como lugar muy adecuado para explotar esta incipiente industria en la que venía a transformarse la anterior artesanía.
Las dos circunstancias fueron las que determinaron el futuro de nuestro padre; la abundancia de oposiciones a cuerpos del Estado, cuya preparación en el caso de un joven de las condiciones de Antonio iba a ser rápida y segura, y la facilidad para el alojamiento en una ciudad relativamente cercana y con ambiente más adecuado a una preparación que el rural del pueblo.
Pero, ¿cuándo se traslada nuestro padre de Serós a Zaragoza?. Yo siempre había creído que esto había ocurrido a finales del 97 o principios del 98, pero al comprobar en su historial profesional que su ingreso en Correos fue en los comienzos del 1904, aparece ante mí una laguna en el tiempo que no estoy en condiciones de llenar ni siquiera por conjeturas. La preparación para su ingreso en Correos no pudo empezar antes del otoño de l900, quizás más bien en l901. Si es así, desde el año 97 hasta estos otros, ¿qué hizo nuestro padre?. ¿Trabajó en el pueblo?, ¿trabajó en Zaragoza?. En el primer caso, ¿lo hizo con sus padres?. En el segundo, ¿lo hizo con su tío Pardell?
Ya en Zaragoza, en el otoño de l900 o en el siguiente, nuestro padre comienza su preparación para llegar a ser Oficial de Correos, que se había fijado como meta. Esta preparación se incluía entonces en las llamadas carreras cortas, que gozaban de una consideración muy superior a la que tuvieron después, y como consecuencia gran cantidad de jóvenes las apetecían. Quizás sea esto un signo de la situación anterior, del despegue de la situación anterior, quiero decir, y sobre todo era consecuencia de que el número de profesiones que se presentaban ante los jóvenes era muy inferior al que tuvimos nosotros en nuestros años mozos. Por otra parte el mismo Estado contribuía a prestigiar estas cortas carreras con el celo que se ponía, que hoy puede parecer exagerado, en la exigencia general de las oposiciones de ingreso buscando gente capacitada y estimulándolas con sueldos que para la época eran francamente buenos. Concretamente, en las oposiciones para Correos se exigía: gramática con profundidad después desconocida; aritmética con partes que después han estado incluidas en el álgebra; legislación postal y general del Estado; geografía postal, y francés con conversación y traducción inversa. La geografía postal era farragosa, porque en ella se estudiaban la mayor parte de los municipios de España e incluso muchas aldeas que no llegaban a serlo, lo mismo si eran estaciones de ferrocarril, como si estaban servidos por conducciones o incluso por peatones.
No cabe duda que nuestro padre respondió bien a las esperanzas puestas en él por los suyos. Era trabajador y muy consciente de sus responsabilidades, y además inteligente y con fuerte memoria que ejercitó muy bien dados sus estudios y el concepto que sobre ellos tenía. Yo creo que se preparó bien en todo, pero por condiciones circunstanciales se hizo más notable su buena preparación en francés.
Las cosas inicialmente se desarrollaron así: él, con otros compañeros y amigos, para asegurar su preparación en francés, tomaron como profesores a los miembros de un matrimonio del país vecino, establecido en Zaragoza desde hacía varios años. Louis y Victorine Lanne eran los nombres de los profesores y con ellos establecieron una auténtica amistad que se mantuvo bastantes años, y que se perdió, primero con la muerte de Louis en Zaragoza, y luego con la marcha de Victorine a su país, quien escribió algunas cartas para luego callar para siempre. La amistad de este matrimonio tuvo importancia en la vida de nuestro padre, porque eran personas cultas, con una cierta distinción, que lo apreciaban como alumno preferido, y esto a su edad y en sus circunstancias le dieron una cierta seguridad en sí mismo que contribuyó a la afirmación de su personalidad. Por otra parte esta amistad, unida indudablemente a su trabajo, le permitió aprender muy bien el francés, que entonces era el idioma de moda además de ser el diplomático y el oficial para las relaciones postales entre países.
También aprendió el francés Antonio, que muy pronto le habría de servir para ganar algún dinero dando clases. Si encontró facilidad para adquirir este idioma, ¿cuál sería la razón?. Quizás el conocimiento del catalán que indudablemente hablaba en su casa, facilitase el acceso al francés, pero lo que verdaderamente fue decisivo fueron su empeño y trabajo puestos día a día en la tarea de aprenderlo.
Por fin, y a lo largo de 1903, la oposición, en la que había gran número de plazas, pero también gran número de opositores, y que tenía al menos tres ejercicios con parte oral y escrita cada uno...............
Última edición por jeroca el 24 Mar 2007, 16:03, editado 1 vez en total.
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asturfil
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Mensaje por asturfil »

Un tema apasionante. Espero que tengas suerte :wink:
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jeroca
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Mensaje por jeroca »

evidentemente busco cartas con fechadores de esas fechas que señalo,
fechadores de la provincia por que me imagino que sera casi imposible de Serós y mucho más dirigidos al propietario o del propierario de esa "fábrica de alpargatas" si ya hubiera una con los apellidos, seria tremendo :shock:
se que el tio de mi abuelo tuvo fábrica de jabones en Zaragoza, ¿nombre de la fabrica? :arrow: ¿jabones Pardell, o Mayals?
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Filípides
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Mensaje por Filípides »

Bonita historia Jeroca, que tengas suerte y consigas lo que te propones. Veré en mis cajas, pero no te prometo nada :wink:
Saludos.
Juan

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Sonia
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Mensaje por Sonia »

que interesante historia.... quiero leer más :wink:
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Jose
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Mensaje por Jose »

-Interesante historia Jesus, que con sus correspondientes ilustraciones, te dá para un buen libro.

-Sigue contándonos.
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jeroca
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Mensaje por jeroca »

Serós se encontraba en la carretera de Fraga a Flix, esta carta del 1818 va de Serós a Barcelona y lleva el camino de Fraga, Lérida, Barcelona , como se puede ver lleva la marca lineal de Fraga
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jeroca
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Mensaje por jeroca »

evidentemente no he podido conseguir más que una fotocopia de la cédula de cambio de nombramiento a Zaragoza que fue su segundo destino
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pedroadolfo

Mensaje por pedroadolfo »

Jesús:

Después de leer la fascinante introducción de la vida de tu abuelo Antonio, no tengo palabras para poder decir todo lo que disfrutado leyéndola

Que además esta escrita por tu tío y que goza de una narrativa exquisita( tanto en la forma de contarnos los acontecimientos de la época, como en la forma de involucrarnos en la biografía tan interesante de tu abuelo)

Ya estoy deseando conocer más acerca de tu abuelo Antonio y también de ir conociendo piezas de la época tan interesantes como las 2 muestras que nos has puesto.

Felicidades Jesús, siempre te lo digo, cada día me sorprendes más

Un fuerte Abrazo Jesús
marcofilia_pa_tos

Mensaje por marcofilia_pa_tos »

Fascinante tematica Jesus, me ha enganchado un monton leer esto.

..... si aqui aburrirnos no nos aburrimos :lol: :lol: , cualquier idea es buena para dejar esquilmada la VISA de nuevo. :wink:
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vazquezj
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Mensaje por vazquezj »

Engancha, engancha..
pedroadolfo

Mensaje por pedroadolfo »

Jesús:

Estamos esperandote

Un abrazo
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jeroca
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Mensaje por jeroca »

no tengo el tema olvidado es que es muy dificil
aqui va una foto, con mi abuelo el de la izda abajo con bigote, me falta confirmar muchos datos pero
puede estar realizada sobre el 1905 al 8 ¿por que ? por que al parecer cuando conocia a mi abuela no llevaba bigote, aunque a lo largo de su vida se lo dejase ocasionalmente
al parecer son un grupo de empleados de correos entre los que esta D.Felipe Arregui que fue Dtor Gral de correos del gobierno de burgos
(ojo que algunas cosas no las tengo cofirmadas al 100%)
y es la entrada del correo en la antigua oficina pral de zaragoza de la calle S.Jorge
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