Holas
¡¡¡Gran descripcion del patio de Correos, con escenas que nos transportan a la época haciendo revivir aquellos momentos¡¡¡
Sin embargo intuyo algo que no acabo de entender despues de leer los posibles altercados e incidentes que allí se podian montar ¿cualquiera podía solicitar y sacar la correspondencia de un tercero? ¿no habia que identificarse de alguna forma para recibir esas cartas que se pedian tan solo con decir el nombre de alguien,previamente leído en lista?
Si así era, ¡¡cuantas cartas se podian extraviar por malicia o chafarderio de algun otro¡¡¡, como aquel que pidió la noticia del pleito de su contrincante para saber sentencia, o de ese otro marido que pide las cartas para una señora que el identifica como su mujer y que previamente ya ha sido despachada a un mozalbete segun el estafetero.
Supongo que como exisitian lectores y recogedores del Correo , para ganarse unas perrillas, esto todavía no estaba muy controlado, pero leyendo esta gran obra, uno imagina cuantas cartas se debian entregar a personas no autorizadas para demandar esa correspondencia y consecuentemente usarla para fines concretos.
Sea como sea, resulta apasionante el trasiego que se vivia en esos patios a la hora de poner en el "tablon de anuncios", la lista de cartas que habian llegado.
Casi tanto como lo que se monta hoy dia en las colas de recepcion para retirar tus certificados
Saludos
