“De los sus ojos - tan fuertemente llorando
volvía la cabeza, – y estábalos mirando.
Vio puertas abiertas, - y postigos sin candados
Y perchas vacías, - sin pieles y sin mantos”.
La postal:
Este hito, levantado en la margen izquierda del río Arlanzón, recuerda el lugar donde el Cid acampó en su marcha al destierro y donde ya montado en su caballo, volvió los ojos hacia la Catedral románica, construida por Alfonso VI en el mismo lugar de la actual, implorando de la Virgen protección en su destierro.
“que vuestro favor me valga, - oh gloriosa, en mi partida,
y me ayude y me proteja – de noche y de día.
Si lo hicieras vos así, - y la suerte me es cumplida,
Mando para vuestro altar - ofrendas buenas y ricas:
Esto me impongo por deuda, - hacer cantar ahí mil misas”

