Gracias por tu aportación, Jose. Efectivamente, "lo bueno de esto"

es comparar cómo en las distintas lenguas romances, viniendo del mismo sitio (latín) en unos idiomas unas palabras han deslizado su significado hacia unas cosas y en otros idiomas a otras. El francés y el italiano tienen una evolución muy similar de los términos latinos
carta y
littera, manteniendo su significado etimológico original. Como ya hemos visto,
littera >
lettre /
lettera mantiene el sentido original de 'escrito enviado' y
carta (lat.) >
carte (fr.) /
carta (it.) mantiene el sentido de 'papel' en esos idiomas para ampliarlo también a 'tarjeta', y también, entre otras acepciones, a lo que aquí diríamos DNI (si se puede hacer la equivalencia) o a 'mapa' (que en castellano se mantiene en la Edad Media, incluso impregna al ámbito marítimo > carta de navegación) pero en la Edad Moderna (exactamente después del descubrimiento de América) se pasó a
mapa, del latín
mappa 'pañuelo', 'servilleta' en latín, pues en latín también existía la expresión
mappa mundi para representar los primeros planisferios.
El lenguaje es algo "muy vivo" (y muy bello de estudiar, precisamente por esa viveza). Las palabras y sus significados cambian a veces sin darnos cuenta o sin ser conscientes del todo del por qué de esos cambios. La mayoría de las veces las causas de esos cambios se deben a "fuentes de influencia", las más poderosas en cada época: hoy serían los medios de comunicación o internet; en la Edad Moderna eran los libros; en la Edad Media eran los juglares. Pongo algunos ejemplos:

Hoy se ha sustituido
autorretrato por
selfi y se usa ahora habitualmente
zasca, popularizado por el humorista Berto Romero y los de nuestra generación entendemos
fistro o utilizamos
"y hasta aquí puedo leer" con naturalidad.

Los autores literarios en la Edad Moderna (y contemporánea; hasta hace medio siglo aprox.; en las últimas décadas su influencia se ve relegada por la tele e internet) han tenido mucha influencia. La palabra
vivencia, que nos puede parecer muy vieja, la creó Ortega y Gasset; a Unamuno debemos
intrahistoria y a Quevedo
perogrullada. Y a Cervantes (y al
Quijote) el diccionario le debe más de mil palabras nuevas que siguen con nosotros, la mayoría todavía con total naturalidad. (Como inciso: lo de
El Quijote es una auténtica pasada; se considera que una persona es culta cuando utiliza 5000 palabras; en
El Quijote hay 23 000 palabras diferentes).

Y en la Edad Media los juglares eran "el medio de comunicación". La juglaría era el telediario (llevaban noticias por los pueblos); el Sálvame de la época (se aderezaba de chascarrillos erótico-festivos sobre la monarquía /nobleza; en el
Cantar de Mio Cid, la tercera parte de la obra narra la violación de los infantes de Carrión a las hijas del Cid) y el blockbuster o el peliculón de la época (se construía un mundo narrativo ficcional para estimular la imaginación y la catarsis del púbico). Eran toda la televisión a la vez.
Hasta el
Cantar, en el latín chapurreado en Castilla y en el incipiente romance naciente, la palabra más utilizada para indicar 'escrito enviado' era
litterae /
letras. Todavía en la
Historia Roderici, una crónica en latín de la vida del Cid muy parecida al
Cantar (en la que este se inspira) y escrita en el último tercio del siglo XII, unos pocos años o menos de una década anterior al
Cantar, se contienen 23 menciones de 'escrito enviado', de las cuales 13 llevan la palabra
litterae, 9 la palabra
epistola y solo 2 la palabra
carta (en lat.). Y, sin embargo, en el
Mio Cid, unos poquísimos años después, todo eso se transcribió tan solo con
carta (en romance castellano ahora). En el
Cantar no aparecen en absoluto las palabras
carta ni
epístola.
Y durante siglos el
Cantar va por los pueblos, cantado (literalmente, se representaba en tres sesiones a lo largo de tres días, acompañado por instrumentos musicales como la cítola o el ravel) que cantado influye más y al pueblo venga a sonarle la palabra
carta para expresar los escritos enviados por el rey o por el Cid. Y si antes del
Cantar la proporción de
litterae a
carta era de más de 10 a 1, después del
Cantar la proporción en la que encontramos a
letras frente a
carta es de menos de 1 a 10 (y de
epístola frente a
carta para expresar 'escrito enviado' menos de 1 a 1000). Yo tengo muy claro que si hoy decimos
carta en castellano (y luego se extiende a los otros romances hispanos) para expresar esos 'escritos enviados' es por el
Cantar. No sé si a vosotros os parece una conclusión descabellada.
"No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, tan sólo si marchamos por el mismo camino" (Goethe)