De acuerdo, pero el Corso (obvio lo de Gran), NO reconoce que la causa primera de la desgracia de Francia FUE ÉL MISMO, ya que como estratega de máximo nivel, no lo era; nadie discute que era un fantástico táctico y un buen estratega pero con limitados horizontes, como la Historia (la verdadera, no la escrita por personajes que se deben a intereses inconfesables), nos demuestra.Eduardo escribió:No, no. A estas alturas mi posible chovinismo está más que curado de todo espanto. No es mía la idea, son palabras del Gran
Corso, en las "Memorias de Santa Elena", cuando derrotado, abandonado, enfermo y cansado, dejo escapar casi todo lo que había llevado dentro:
Esa maldita guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. El origen de mi infortunio
está ligado a ese nudo fatal: ha provocado que en Europa se me pierda el respeto, ha complicado todas las cosas...
¿Acaso alguien se puede creer que la lucha masiva de uno contra todos era posible ganarla en el panorama del Siglo XIX?. Y más teniendo enfrente a una Isla (G.B.) a la que no pudo invadir, cosa que se demuestra cuando ni tan siquiera se atrevió a hacerlo. Éstos fueron en realidad el origen/inicio de su derrota futura.
Los ingleses, con gran talento y mucho acierto, le hostigaron cuanto pudieron/quisieron en la Península y de ahí buena parte del fracaso napoleónico por estas tierras; (encima se hicieron más fuertes en Gibraltar por la incapacidad del binomio hispano-francés, cuando éramos "amigos", de reconquistar este territorio arrebatado en 1707, por los que luego serían nuestros "futuros amigos"). Tanto los ingleses como los franceses no nos ayudaban a nosotros; lo que hacían era para conseguir salir victoriosos de los primeros versus los segundos, o viceversa. Nosotros éramos algo así como los convidados de piedra en este enfrentamiento de colosos. Éramos la excusa, la coartada, simplemente éso. Por más que me/nos duela, yo lo deduzco así.
Resumiendo: lo escrito por el Corso en sus Memorias no deja de ser una fuga tangencial para no tener que reconocer que, aparte de ser él mismo el responsable, los ingleses tuvieron buena parte de culpa en su fracaso militar, lo que se concretó finalmente en el campo de batalla en la imprudente y temeraria invasión del Imperio ruso con un ejército de alrededor de unos 500.000/900.000 hombres (al final eran éstos últimos) con el resultado que todos ya conocemos. Dicen los historiadores que de todos ellos sólo un 2% consiguieron quedar incólumes. Un desastre absoluto que debía haber sido previsto por el Pequeño Estratega. Pero la prudencia no es una virtud que anide en la arrogancia.
El ex-Emperador pudo escribir lo que quisiera, pero no debemos olvidar que ningún auto-biógrafo se infravalora a sí mismo. Y menos el Corso que estaba, como dices, "...derrotado, abandonado, enfermo y cansado...". Nada se dice de su "orgullo". Era su última oportunidad de justificarse ante la Historia. De lo contrario, ésta pudiera considerarle lo que verdaderamente fue: un peligroso y aguerrido visionario que destrozó millones de vidas y haciendas.
También debo decir, aunque apartándome del núcleo de este pequeño debate, que gracias a Francia y al Corso, el mundo occidental despertó de su letargo más que milenario y desarrolló/recuperó, nociones muy valiosas como son las referidas a los campos del ordenamiento jurídico, político, más un interesante y amplio etc.
Francesc @ vivamos en paz.

PS
Es de justicia por mi parte, reconocer que he pecado de leve temeridad por haber simplificado al principio de este debate, que "...Moscú, ciudad en la que perdió la batalla y fue el inicio de la debacle napoleónica...", cuando en asuntos como éste hay "muchos inicios", si bien yo pensaba y sigo pensando, que lo relevante y más notorio fueron los hechos militares en la capital de la Rusia Imperial de 1812.