Voy por partes, que hoy habéis dejado muchas cuestiones, e intentaré responder a lo que pueda, que no siempre es todo, pues el lenguaje tiene siempre muchos "misterios".
A abraham38:
Muchísimas gracias por tu aportación, Abraham. Efectivamente, el que muestras es un ejemplo clásico de uso elíptico en el que en las proposiciones
"recibí su apreciada del xxx de..." o
"contesto a su apreciada..." y similares, lo que se contiene realmente es
"recibí su apreciada carta del..." o
"contesto a su apreciada misiva...". Es el mismo uso que el de los ejemplos que expone también muy bien David de "estimada", "favorecida", "grata", etc. Reflejan, en efecto, una forma de lenguaje epistolar no necesariamente más afectiva (aunque también) pero sí más cortés, educada y formal de la que igual estamos acostumbrados ahora. Eso no indica que los términos AGRACIADA, FAVORECIDA, ESTIMADA o GRATA se hayan tomado en alguna época como sinónimos de
carta, sino que, por el contexto, no hacen necesario el uso de CARTA para saber que nos estamos refiriendo a ella. Un ejemplo muy sencillo de esto (lo que llamaríamos 'adjetivo sustantivado') sería el siguiente diálogo: "
-¿Cuál te gusta más?". "-La azul". "-Pues yo prefiero la verde", donde azul o verde (adjetivos) no indican 'camiseta' ni 'corbata' ni 'parka', pero en el contexto del diálogo hacen innecesario el uso de cualquiera de esos sustantivos si las personas que hablan están frente a un stand de camisetas o de corbatas o de parkas en una tienda de ropa. Hay que tener en cuenta que "la economía del lenguaje" (ahorrarse las palabras que son innecesarias) es uno de los principios básicos de la lengua.
A car-ter:
MOLERO es una palabra castellana pero que no es exactamente sinónima de MOLINERO. MOLINERO es 'el que trabaja en un molino' y MOLERO es 'el que hace las muelas (las piedras redondas del molino)'. En el texto que pone abraham, MOLERO se usa correctamente en este segundo sentido en el que están hablando de la fabricación de una piedra de molino que al MOLERO (al fabricante de la misma) le parece demasiado grande.
Y la palabra RIERA existe también (ahora) en castellano como 'rambla o lecho natural de las aguas pluviales' pero su introducción en la lexicografía castellana es muy muy reciente (en el
Diccionario de la Academia desde 1984). Es un aragonesismo puro, un préstamo lingüístico del aragonés (también presente en catalán) y, efectivamente, los que se escriben las cartas que expone abraham, en ese tiempo, deben conocer esos idiomas y traspasan a su comunicación en castellano un término de la otra lengua que usan.
A Dagonco:
Creo, David, que entenderás muy bien cómo veo yo el uso postal de ESCUDERO apelando a un antiguo (y magnífico) hilo del
Ágora que abriste tú hace unos años: el de "DENOMINACIONES DE LAS PERSONAS QUE TRAEN Y LLEVAN CARTAS". ESCUDERO no ha tenido en la lexicografía un sentido explícito de 'portador de cartas' (como tampoco ARRIERO o tampoco RECADERO) y lo más cerca que está de ese sentido es la acepción 7 del
Autoridades que expones bien (y que se sigue manteniendo hoy). Pero lo anterior no obsta para que en determinados (o muchos momentos, incluso) encontremos a un escudero llevando cartas (o a un arriero o a un recadero o a decenas de palabras más en la misma función).
En mi opinión, ESCUDERO aparece muchas veces en contextos en los que el término podría ser perfectamente sustituible por "mensajero", "recadero" o incluso "correo", pero no llegaría a decir ni siquiera que la palabra ESCUDERO es tomada como sinónima de estas últimas, sino que "ese escudero" hace las funciones de un mensajero, un recadero o un correo según el contexto. Entiéndase; por ejemplo: un caballero quiere hacer llegar un mensaje a una dama o quiere llevar un recado a alguien y no necesita para ello ni a un mensajero ni a un recadero porque encarga eso a su escudero (entendido como 'mozo' o 'sirviente') y el escudero lleva el mensaje o el recado.
Y en el ámbito postal, en la misma línea de lo anterior, este uso se ve casi siempre (por lo que yo he detectado) en lo que ya apuntas muy bien: en un ámbito privado y en una función que ni siquiera diría de 'correo' sino tan solo de 'el que lleva un mensaje escrito' que parece lo mismo, pero igual no. A ver si consigo transmitir el matiz con el que yo lo veo. Se ve por ejemplo en estos ámbitos: un caballero quiere hacerle llegar un escrito a su dama (que igual vive a dos manzanas de donde está él) y el escudero lleva esa correspondencia epistolar. ¿Llamamos a ese escrito "carta"? (que igual es tan solo una nota en plan
"te espero esta tarde a las cinco en el huerto de...", o aunque tenga una estructura más tipo carta, en plan:
"Querida Melibea. Te espero esta tarde a las cinco en el huerto de... Tu amado Calisto"). ¿Llamamos a eso "correo"? Pues en contextos así se ve a muchos escuderos llevando cartas, especialmente en la literatura del siglo XVI.
(Inciso curioso literario-histórico: Lo de
"te espero esta tarde a las cinco en el huerto de..." no es invención mía; es la fórmula utilizada habitualmente por los amantes en el siglo XVI, por ejemplo. Si sorprende la hora, hay que tener en cuenta que en aquella época no había alumbrado y la noche era para los gatos. Y si sorprende lo de "el huerto" (en el sentido de lo que hoy llamaríamos 'jardín': el espacio de parras, naranjos y otras plantas alrededor de las viviendas de clase media-alta), ese era el lugar elegido por los amantes furtivos; es el eje narrativo-espacial de toda
La Celestina y de ahí viene la expresión popular que aún utilizamos hoy de
"llevarse una chica al huerto" con el sentido de... (creo que no hace falta explicarlo).
En relación a la Edad Media, te voy a dejar dos ejemplos en los que se ve a ESCUDERO con un uso equivalente a ENVIADO, MENSAJERO o MANDADERO. En
El conde Lucanor, el célebre libro de cuentos de Don Juan Manuel, en el mismo cuento XI titulado: «Lo que sucedió a un deán de Santiago con don Illán, el mago de Toledo», encontramos prácticamente seguidas menciones como estas, en las que probablemente el autor está utilizando términos distintos para no repetir las mismas palabras:
«vinieron dos escuderos muy bien vestidos, con armas y caballos, y cuando llegaron al deán le besaron la mano y le enseñaron las cartas donde le decían que había sido elegido arzobispo»; «cuando vivieron allí cierto tiempo, llegaron un día enviados del papa con una carta para el arzobispo en la que le concedía el obispado de Tolosa»; «pasaron allí dos años, al cabo de los cuales llegaron mensajeros del papa con cartas en las que le nombraba cardenal» (o
«desque hubieron morado hasta dos años llegáronle mandaderos del papa con sus cartas en cómo le fazía el papa cardenal», según las distintas versiones).
Y, del mismo Juan Manuel, en el capítulo XIII de su
Libro infinido (un tratado para la formación de su hijo Ferrando), dedicado a los MANDADEROS, encontramos a los escuderos como un tipo de estos, igual que los porteros, monteros, troteros y otros tipos, en lo que no es sino una exposición de las distintas personas que pueden llevar 'mandaderías':
Fij
o don Ferrando […] decirvos-he [en este capitulo] lo que pertenesce en fecho de los mandaderos: sabet que por tres cosas se conocen los grandes homes […]. La una es por los grandes fechos que fazen; la otra por la fama comunal que dellos corre por el mundo; la otra, por las cartas et por los mandaderos que envian. Et los mandaderos non son todos de una guisa, que mandaderos deben ser a unos lugares los mayores homes et de mayor entendimiento que los señores han; et a otros, caballeros et escuderos; et á otros, oficiales ó homes honrados; et á otros, freires, clérigos ó homes de orden; et á otros, judíos o moros; et á otros, mensajeros de pie, así como porteros o monteros o troteros. Et todos estos mensajeros deben ser segund aquello a que son enviados et segund fuere la mandaderia que [h]an de recabdar...
"No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, tan sólo si marchamos por el mismo camino" (Goethe)