Fuente; Nuestro rincón Filatélico
SOBRE CARICATURESCO
Este sello australiano tiene algo que lo hace realmente especial, y no es solo por venir del otro lado del mundo. Lo curioso es que, en el lado izquierdo del sello, el propio dueño se animó a dibujar una caricatura cómica. ¡Sí, así como lo lees! No es común que alguien intervenga así un sobre postal y menos con tanto desparpajo. El dibujo le da un toque divertido y único, como si el sello tuviera su propia personalidad. No es una obra de arte profesional, claro, pero tiene ese encanto de lo espontáneo. Al verlo, uno no puede evitar sonreír, porque se nota que fue hecho con humor y creatividad. Además, se rompe un poco con esa idea de que los sellos tienen que ser formales o rígidos. Es como si el dueño hubiera querido decir: “¡Eh, miren esto, los sobres postales también pueden tener onda!” Y vaya que lo logró.
Lo más interesante es lo que pasó después. Una vez que esta pieza fue utilizada y cancelada en la oficina de correos, es decir, cuando le pusieron la típica marca que indica que ya fue usado, automáticamente se transformó en una pieza súper codiciada. No es solo por el dibujo en sí, sino por todo lo que representa: un gesto personal, un toque artístico y una historia que contar. Muchos coleccionistas sueñan con encontrar piezas así, con ese “algo más” que las hace distintas. Porque claro, en el mundo de la filatelia, cada detalle importa. Y si un simple sobre postal tiene una historia o una rareza, su valor se dispara. Así que no es de extrañar que ahora sea considerado un pequeño tesoro filatélico. Uno de esos hallazgos que hacen brillar los ojos de quienes aman las estampillas.
Además, este tipo de intervenciones hacen que uno se pregunte cuántos otros sobres por ahí podrían esconder historias parecidas. Imagínate recibir una carta y notar que dicha cubierta tiene un dibujito hecho a mano, algo que nadie más tiene. Es como si te llegara un mensaje secreto, un guiño del pasado. En este caso, el sobre no solo cumplió su función postal, sino que se convirtió en una obra con vida propia. Y eso es lo que lo vuelve tan especial. A veces, lo más valioso no es lo perfecto, sino lo original. Este sobre demuestra que, con un poco de ingenio y un lápiz en mano, se puede transformar algo cotidiano en una joya. Así, lo que empezó como una simple caricatura, terminó siendo un ícono entre los coleccionistas.
, voy a preparar unos sobres y si me aceptáis me apunto al grupo.
