Al ver los árboles y plantas canarias, acuden a la memoria los nombre de don José Viera y Clavijo y Sabino Berthelot. EL DICCIONARIO DE HISTORIA NATURAL, de Viera, es un metódico y claro catálogo, y los dibujos y notas de Berthelot siguen siendo de interés docente y ameno.


En la serie postal de Flora de Canarias, se incluyeron el barbusano, la faya, el acebiño, la palma y el drago

El de mayor difusión es el drago, el árbol de la sangre de dragón que cuando se sacaba era piedra roja misteriosa de mágicos poderes. El drago tiene en el sabio francés una excelente noticia. Los dragos de mil años son blasones de las Islas.

Pero tal vez el árbol de mayor relieve, “el sanborondón” de las árboles isleños, sea el Garoé, el árbol santo de la isla de El Hierro, del que manaba agua copiosa y que fue negado por unos y reconocido por otros.
En él creyeron Antonio de Viana, Barta, Gonzalo de Oviedo, etc...y el dibujante del s.XVI que hizo el grabado que ilustra este comentario.
Los “bimbaches”, antiguos moradores de El Hierro, acuden en animada procesión a llenar sus vasijas, con el agua santa que caía de las hojas del árbol misterioso, árbol este que un violento huracán derribó en 1605.

Hoy en día se está seguro que se trataba de un til o tilo (Ocotea foetens), otro árbol canario que también vive en Madeira, pues es cierto que el mítico “Garoé” destilaba agua por condensación de la humedad de los alisios* sobre sus ramas, al estar en una zona óptima para que ocurriera tal fenómeno. Se sabe que era un tilo porque hay otro dibujo** del s XVI que permite reconocerlo sin lugar a dudas.
En el supuesto lugar hoy en día existen estos árboles de repoblación, y el fenómeno de manar agua llena albercas y aljibes hechas a tal efecto, para el disfrute de propios y extraños.
* vientos procedentes del Polo Norte y cargados de humedad que recorren el océano chocando con las Islas de mayor relieve
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