Los sellos más bonitos del mundo

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Jean Pheulpin, siempre contra el oficio


Más que un estilo definido, la característica más frecuente en los sellos de Jean Pheulpin es, acaso como sólo en la obra de Jules Piel, una exigencia artística que siempre aflora a través de una perfección imprevista en cualquiera de sus grabados, incluso en los aparentemente más superfluos. Pheulpin nunca tira de oficio. Cada uno de sus sellos siempre colma las expectativas, aún las mejores.

Aunque es Pheulpin un grabador del que ya hemos expuesto unas cuantas docenas de sus grandes sellos, no hay más que ver los que traemos ahora mismo en el zurrón, para aceptar sin remedio cuanto hemos dicho en el primer párrafo. ¡Grande Pheulpin!

Abriendo esta entrada, emisión de Francia de 1970 que honra al pintor François Boucher (1703-1770) a través de una obra idílica y bella, Diana después de la caza (1745). Grabado claro y definido de Pheulpin, que reprime la lividez de Boucher en beneficio de una luminosidad franca y sin embargo, misteriosa y penetrante.

Hace muchas páginas, es preciso dejar constancia de ello, ya pusimos un gran sello de Claude Jumelet (Mónaco, 2003), inspirado también en una melancólica obra de Boucher (*).

Los tres sellos que escalonamos por debajo de estas líneas son emisiones de Francia de 1966, 1972 y 1981. La de este último año, dedicada al compositor Jacques Offenbach, viene muy bien compararla con los dos sellos similares de Eugène Lacaque que hace muy poco expusimos en este Tema (**). Eran dos sellos excepcionales de Lacaque (Benin, 1980), vaporosos e impregnados de melancolía, como fabuloso es este diseñado por Pierrete Lambert, siempre díscola y efusiva, y grabado impecablemente por Pheulpin.

El sello de Marcel Proust pertenece a la soberbia serie de personalidades emitida por Francia en 1966, y en la que Pheulpin participó en todos los sellos, fuera como diseñador, o bien como grabador, si no asumiendo ambas tareas, como precisamente hace en este tributo merecido al gran escritor parisino. En la página anterior a esta hemos podido ver el de Hippolyte Taine, sólo diseñado por Pheulpin, otro de los sellos de esta serie impresionante.

Por último y cerrando esta entrada, agregamos la emisión calcográfica de 1972 que celebra el Día del Sello, con ese cartero viejo y entrañable, montado en su bicicleta y con la cartera en bandolera, seguro que cargada de cartas, recorriendo esos caminos de Dios… Delicioso.

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(*) viewtopic.php?f=15&t=26879&p=394162&hil ... et#p394162

(**) viewtopic.php?f=15&t=26879&p=401618&hil ... ue#p401618

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El facteur rural de Pheulpin... y de Georges Scott


Si bien el paisaje de fondo del sello del cartero en bicicleta, se corresponde con una vista lejana de la Iglesia de Champignelles, una pequeña comuna francesa situada en la región de Borgoña, y perteneciente al departamento de Yonne, Jean Pheulpin se inspiró en una lámina de finales del siglo XIX para diseñar este gran sello de 1972.

Adjuntamos esta lámina, procedente del servicial Musée de La Poste y dibujada, como se señala en el pie de la misma, por el artista ilustrador Georges Scott (1873-1943) en 1894. Esta bucólica ilustración apareció, unos meses después, en el suplemento de la Revue Mame del 28 de abril de 1895.

Pheulpin eligió esta bella y evocadora imagen, y compuso y grabó finalmente el sello, ilustrando además varios sobres y tarjetas de esta gran emisión, y siempre con el cartero en bicicleta en primer plano, variando sólo el punto de vista y el fondo.

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Creando el espacio

Si Beethoven tiene una gran resonancia artística en la filatelia, sobre todo por su carácter airado, otras personalidades la tienen por su particular y especial fisonomía. El compositor Johannes Brahms es sin duda una de ellas. En este Tema ya hemos puesto unos cuantos sellos de Brahms, siendo el mejor, acaso el que grabase para Austria en 1997 Otto Stefferl, a partir del retrato de Ludwig Michalek.

Del propio Pheulpin no hace tanto que expusimos un Brahms soberbio, en el sello grabado para Níger de 1972 (*). De este mismo año son estos dos emitidos por Dahomey, y en los que todo lo hace Jean Pheulpin: concibe, dibuja y graba a Brahms con soltura y alacridad. Y con un gran esmero, apreciable especialmente en las barbas de ambos sellos.

Quizá en los buriles de otro grabador, el tamaño normal del sello, y el poco espacio que el diseño elegido deja para la fisonomía de Brahms, anime un trazo más directo y conciso. Pheulpin, sin embargo, rehúye el atajo. Enfrenta con ambición el recoveco salvador. He ahí su grandeza.

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(*) viewtopic.php?f=15&t=26879&p=389918&hil ... ms#p389918

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Felicidad filatélica


El África francesa, como el mismo continente germinal, es un espacio propicio para la creatividad más libre y desinhibida. Bien lo estamos viendo a lo largo de estas páginas.

Decíamos en una entrada anterior que Laos era territorio Pheulpin. Para ser más precisos, también lo fue este país asiático de dos grabadores que probaron mucho menos sus buriles en las emisiones metropolitanas: Jean Miermont y Roger Fenneteaux. Pero más adelante los haremos protagonistas, a cuenta de otras series de Laos…

Ahora proseguimos en territorio Pheulpin, que en realidad abarcó una gran área del vasto ámbito de la filatelia francesa. En esta entrada exponemos entera esta bella serie de 1967, emitida por Mauritania para, como expresan los propios sellos, promocionar a la mujer africana.

Es una serie espléndida, que todo lo tiene. Fragor artístico, vehemencia estética y estrépito calcográfico. Y una delicada y honda humanidad. Felicidad filatélica sin más.

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Cinco ondulaciones filatélicas más de Jean Pheulpin, cuatro de ellas en el África francesa. Sobre estas líneas, sellos de la efímera Federación de Mali (1959) y de Camerún (1966). El primero, grande y abigarrado, y de una belleza insólita, conmemora el tercer centenario de la fundación de Saint-Louis du Sénégal.

La emisión de Camerún es un sello altruista y enternecedor, y de una gran y punzante expresividad, que celebra el vigésimo aniversario de la creación de Unicef.

Ya por debajo de estas líneas, tres sellos de misioneros relevantes: Pierre Louis Marie Chanel (Wallis y Futuna, 1955), Jean Remy Bessieux (Gabón, 1976) y Guillaume Templier (Alto Volta, hoy Burkina Faso, 1975), a los que Pheulpin incide con su demora y hondura habituales. Excelentes.

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Andréotto y Combet, tal para cual


Aunque la costumbre señala que en el lado izquierdo del sello, suele estar la firma del diseñador, y en el derecho la del grabador, en esta serie de Níger de 1974 (Centenario de la UPU), sin embargo, tenemos serias dudas de que ello sea así en los cuatro sellos.

Dado que el trazo de Andréotto con los buriles es muy reconocible, aún en sus primeros sellos, no parece en esta serie sino que cada artista hubiese grabado dos sellos. Dos Andréotto y dos Combet: aquél las razas más blancas, éste las otras dos. Cierto es, por otra parte, que el boceto que precede al grabado, puede, y con frecuencia así es, trasladar el estilo del propio diseñador y dibujante, al acero último y decisivo.

Sea como fuere, y salvo que aparezcan unas pruebas de punzón firmadas que nos puedan disuadir en sentido contrario, en principio asignamos, tanto el grabado como la concepción de esta serie, conjuntamente a Jacques Combet y a Claude Andréotto, que por lo demás son dos artistas de verdadero genio, capaces ambos de las más altas cimas filatélicas.

En cuanto al calado artístico de la serie en sí misma considerada, constituye un ejemplo perfecto de fomento de la filatelia del modo más atinado y recomendable: un diseño moderno y desenvuelto, unos grabados elegantes y distinguibles, y una factura calcográfica esmerada y generosa.

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Una partida de ajedrez


¿Cómo habrían de jugar Claude Andréotto y Jacques Combet una partida de ajedrez, sobre un tablero filatélico? Sobre estas líneas podemos ver la disposición de dos piezas esenciales, los reyes y los caballos.

Cuando se emitió esta serie de Níger, año 1974, con ocasión de las Olimpiadas de Ajedrez de Niza, Andréotto sólo tenía 25 años y concebía y grababa sus primeros sellos. Combet, sin embargo, sobrepasaba la cincuentena de años, y ya llevaba veinticinco inmerso de lleno en la filatelia, donde debutó de la mano de Albert Decaris. Alumnos y maestros.

Tres años después, Claude Andréotto ya no necesita contrincante. Él solo juega en esta emisión de Mali de 1977. Juega y gana, naturalmente. Apasionante mundo el ajedrez. Y apasionante vida la filatelia.

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Claude Andréotto, ¡un grande más!


El transcurrir de las páginas de este Tema, como no podía ser de otro modo, está agrandando a artistas, para nosotros obviamente, a los que en un principio situábamos en un muy respetable segundo plano. Así, hace 50 páginas teníamos en lo más alto, como ahora, a Gandon, Decaris, Piel o Albuisson. Después hemos puesto en el mismo nivel a Lacaque y a Pheulpin.

Y ahora, circunscritos a la filatelia francesa, acercamos a ese grupo selecto a Claude Andréotto. ¡Es un gran artista! Y en activo, como Beaujard, otro grande, o el propio Albuisson. Y Jumelet, al que tenemos un poco olvidado, sin duda injustamente.

Traemos en esta entrada cuatro sellos más de Andréotto. Sobre estas líneas, dos retratos de diseño y hechura similares: los del aviador Roland Garros y el inventor Guglielmo Marconi, sellos emitidos por Wallis y Futuna en 1988 y 1996 respectivamente.

Los otros sellos son un gran retrato del General Charles De Gaulle (Taaf, 1980) y una emisión de Mali de 1981, con ocasión del Día Mundial de la Alimentación, promovido por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

Todos los sellos concebidos, diseñados y grabados por Claude Andréotto, un artista de trazo muy personal, alejado de cualquier anhelo de clasicismo. Más cerca del extremo egotista de la filatelia francesa, es decir, al lado de Decaris, y muy alejado de Piel. Genial.

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Añadimos ahora algunos de los sellos metropolitanos de Claude Andréotto más recientes. El último, de este 2017 y dedicado al Castillo de Pailly, lo expusimos páginas atrás, en una entrada en la que comentábamos el debut como grabadora de Sophie Beaujard (viewtopic.php?f=15&t=26879&p=400522&hil ... ly#p400522).

Sobre estas líneas, sello de 2014 de la fachada del Instituto de Francia, en París, con la atractiva viñeta anexa que celebra el 87 Congreso de la Federación francesa de Asociaciones Filatélicas.

Los otros sellos que sumamos son, uno de factura similar a este anterior, en este caso de la bella Catedral Saint-Étienne de Toul (Meurthe-et-Moselle), emitido por Francia en 2016 (expuesto páginas atrás, aunque sin la viñeta); así como dos retratos, también de 2016, del político socialista Pierre Mauroy y del criminalista Edmond Locard, el profesor de medicina legal conocido como el Sherlock Holmes francés.

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Presencia imponente


Una entrada, digamos justificativa de esta preponderancia francesa. Exponemos algunos de los sellos del área francesa recientemente mostrados, y dos que enseguida degustaremos, junto a un gran sello español reciente y del que todos conocemos su tamaño y fisonomía.

Esta imagen sólo la pongo porque a veces resulta difícil hacerse una idea, para quien no los tenga, no sólo del tamaño de estos sellos, que al fin y al cabo no tiene por sí mismo ninguna relevancia, sino, y esto sí que la tiene, por su presencia imponente.

Cuando tenemos estos sellos delante, entre los dedos, es su porte majestuoso el que nos obliga a llevarlos de inmediato al escáner y analizarlos a fondo… ¡Su belleza nos puede!

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Un inciso en esta pleamar francesa, a propósito de una personalidad de la que hemos mostramos varios sellos por estas páginas, entre ellos algunos de Slania.

Sello emitido por Eslovaquia en 1995, de Juan Pablo II, con diseño y dibujo sobrios de Jozef Baláž, y grabado, muy resuelto y saturado, de Martin Činovský.

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Jacques Gauthier, nacido en 1931 en Villeneuve-Saint-Georges, es un diseñador y grabador francés al que sólo una vez, y de soslayo, hemos nombrado en este Tema. Pero su presencia, a la vista de este sello de Alexander Fleming (Níger, 1981) que exponemos en esta entrada, poco a poco irá siendo de lo más habitual. Empezó a grabar sellos, para todo el área filatélica francesa, a principios de los años sesenta, y su trayectoria llega aproximadamente hasta el año 2000.

¡Qué sorpresa, este sello! Ha llegado a mis manos casi de casualidad, y nada más verlo, y todavía mayor ha sido la sorpresa al escanearlo, su empaque artístico ha exigido unas capturas inmediatas y escudriñadoras.

Ni tan siquiera es preciso buscar la fotografía de Fleming que puede haber servido de plataforma a Gauthier para la concepción y grabado de este sello. Tal es su personalidad arrolladora. Un grabado intuitivo y feroz, y de un atractivo torvo e irresistible. ¡Impresionante!

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Un autorretrato más
Todas mis obras no son más que fragmentos de una gran confesión Johann Wolfgang von Goethe


Vamos con el extraordinario Goethe de Eugène Lacaque (Mali, 1982). Lacaque ya había grabado a Goethe unos años antes, en 1976, para la emisión de Luxemburgo de personalidades que, entre Centauro y yo mismo, hemos ido salteando por este Tema. Lo recuperamos para la ocasión, y cerramos esta entrada con ese sello.

A estas alturas, y sobrepasados quizá los cien sellos de Lacaque expuestos, nos es muy familiar su estilo ruboroso y cortés. Pero ni siquiera así dejamos de sentir una brisa muy agradable cada vez que enfrentamos un sello suyo. Porque eso es Lacaque. Una brisa de verano, placentera y tonificadora, impregnada de las fragancias parisinas más sensuales y embriagadoras.

Para este grabado del gran hombre de Alemania, Lacaque parece partir del retrato de un Goethe muy joven que Rudolf Huthsteiner hiciese en 1882, cincuenta años después de la muerte del gigante de Weimar. Adjuntamos, por no disponer de la obra original de Huthsteiner, una lámina posterior inspirada en ese retrato.

Este Goethe de Lacaque es un retrato idealista y romántico del poeta alemán, pero quizá también, acerada y sutilmente, una confesión turbada de Eugène, un autorretrato velado e íntimo. Maravilloso.

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Los cuatro sellos de esta entrada, del África francesa todos y grabados, y también concebidos y dibujados, por Claude Durrens, son de tamaño y factura calcográfica similares a los antepuestos de Fleming y de Goethe.

De tres de las personalidades, las de los sellos que mostramos por aquí debajo, ya hemos puesto otros sellos en este Tema, fácilmente localizables con el buscador del mismo. A Copérnico lo grabó varias veces Durrens durante los años setenta. Esta es la emisión de Níger de 1973.

Los sellos de Alexander Fleming (Gabón, 1978) y de Lenin (Níger, 1974) son muy atractivos por causas, a bote pronto al menos, muy diferentes. En el sello de Fleming sorprende el escoramiento perfilado del científico, mientras que el retrato de Lenin tiene un cierto aire crítico, cuando no caricaturesco e iconoclasta, que nos recuerda a un Churchill de Combet (Mali, 1974) visto páginas atrás.

De Sigmund Freud, por el momento sólo hemos puesto un sello en este Tema. Fue hace muchas páginas cuando expusimos un soberbio retrato del creador del psicoanálisis, grabado por Kurt Leitgeb y emitido por Austria en 1981 (*). Este de Durrens (Mali, 1979) es de naturaleza contraria al de Leitgeb, en el sentido de que no tiene, digamos la solera oficial y envarada de lo que pudiera considerarse una emisión discreta y seria. ¡Y esta informalidad es su virtud! Qué sello tan lozano y vital, con un retrato sesgado del famoso neurólogo, y por detrás esa película alusiva que no por recurrir a los tópicos más pueriles, los sueños y el complejo de Edipo, pierde vigor estético, ni tampoco cierta alacridad artística, audaz y hasta irreverente… Delicioso.

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(*) viewtopic.php?f=15&t=26879&p=386553&hil ... eb#p386553

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No es este el primer sello que exponemos concebido por Pierrette Lambert y grabado por Eugène Lacaque. La espina y la rosa. La libertad insolente y atolondrada de aquélla, y la sutileza atildada de Lacaque, siempre melancólico y sigiloso.

Emisión de Mónaco de 1983, dedicada al compositor Johannes Brahms, juez y parte ya de este Tema. Abrimos la entrada con una tarjeta de Primer Día que, como venimos diciendo, puede contener, o contiene, el que quizá fuese el boceto definitivo de Pierrette Lambert para este gran sello tallado por Lacaque.

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Martin Mörck. Exploradores árticos: Mylius-Erichsen, Niels Peter Høeg Hagen y Jørgen Brønlund. Groenlandia, 2014


Anteriormente a estos sellos de 2014, hemos mostrado, ambos igualmente grabados por Mörck, los de Alfred Wegener y Naomi Uemura (Groenlandia, 2006 y 2011).

Estos dos sellos de 2014, fueron emitidos juntos en una hojita impresa en calcografía y offset. De Brønlund, además, Groenlandia emitió un sello en 1977 grabado por Czeslaw Slania, a partir del mismo dibujo que incide Mörck para esta emisión de 2014. Adjuntamos este sello de Slania cerrando la entrada.

Mörck compone la hojita y los sellos de 2014 con una fluidez elegante y apurada, y nos ofrece una emisión compacta y atractiva. Excelente.

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Juntamos en esta entrada a los dos últimos grabadores citados, Martin Mörck y Eugène Lacaque, a propósito del compositor italiano Giacomo Puccini.

El sello de Lacaque (Mónaco, 1983) lo pusimos hace muchas páginas, aunque sin capturas especiales, ni tampoco con la tarjeta de Primer Día de la que ahora viene precedido. En esta tarjeta podemos ver el dibujo, seguramente con acuarelas y lápices, de Pierrette Lambert, que arguye un diseño temerario y fulgurante, algodonado con suavidad y reserva en el acero por Lacaque. ¡Una maravilla más!

En la emisión de Mónaco de finales de 2007 (2008), con la que abrimos esta entrada, Mörck somete comedida y pulcramente el dibujo ingrávido y raudo de Irio Ottavio Fantini, que seguramente se inspiró en la lámina que adjuntamos. Exquisito.

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Martin Mörck. Errancia contumaz


La presencia de Martin Mörck en las emisiones de Mónaco es incesante, como en su día fuese la de Slania, con quien tantas similitudes tiene de estilo y de errancia genial.

Sobre estas líneas , el sello navideño que emitió el Principado en el año 2000. Mörck recrea sobre el acero el óleo Virgen con el Niño, de Simone Cantarini (1612-1648), entonces perteneciente a la colección Barbara Johnson – Piasecka, expuesta en el Museo Capilla de la Visitación, en Mónaco. Es una talla alevosa y curtida de Mörck, que avasalla en el acero la armonía sombría del lienzo de Cantarino.

Los otros sellos que agregamos fueron emitidos en 2004, 2005 y 2011. El sello que celebra el IV centenario de la aparición de la Primera Parte del Quijote, es simplemente un grabado lineal y escueto, acorde al diseño perfilado y grácil de Robert Prat.

Más frondosos son los grabados de los sellos del Congreso de la UPU en Bucarest (2004) y del cineasta Georges Méliès (2011), ambos concebidos y abocetados por el propio Mörck. Magníficos.

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Parece este un buen momento para mostrar el exlibris que insertamos sobre estas palabras, pues precisamente Martin Mörck ha sido uno de los grabadores que ha tallado esta escultura, conocida también como El mirón, para un sello. Fue para la emisión de Mónaco de 2000, que hace muchas páginas confrontamos con el sello de Austria (1946) grabado por Hans Ranzoni a partir de esta misma escultura de la Catedral de San Esteban de Viena, obra de Anton Pilgram (viewtopic.php?f=15&t=26879&p=396535&hil ... es#p396535).

Este exlibris está grabado a buril por un grabador al que ya hemos presentado, Werner Pfeiler, que además de ser un maestro consumado en el ámbito filátelico, también lo es en el mundo, asimismo apasionante, de los exlibris. Mundo en el que han dejado la huella de su buril otros grabadores de postín, como el propio Hans Ranzoni o el mismísimo Slania.

Completamos esta entrada, para no perder comba, con tres sellos variados y soberbios de Werner Pfeiler, emitidos por Austria en 1969 (Día de las Fuerzas Armadas), 1974 (el escritor Franz Stelzhamer) y 1977 (uno de los globos de Vicenzo Coronelli, fundador de la primera sociedad geográfica del mundo). Sellos diseñados, dos de ellos, por Otto Stefferl, siendo propuesto el de 1969 por Adalbert Pilch. Y grabados espléndidos e impecables de Pfeiler, en la línea del mejor grabado austríaco. Majestuosos.

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Arild Yttri, ¿eso es todo?


La parquedad de emisiones de Noruega, repetimos, unos 20 sellos al año, si es que llega; esa moderación hace que durante los últimos 80 años, cuatro grabadores principalmente son los que se han encargado de la mayoría de los mejores sellos de este país nórdico: Henry Welde, Knut Lokke-Sorensen, Sverre Morken y Arild Yttri, con alguna colaboración puntual de algún otro, como por ejemplo y sin ir más lejos, Martin Mörck.

Sucede además que, de esos 15 ó 20 sellos que últimamente emite Noruega al año, sólo 4 ó 6, al menos durante los últimos tiempos, son calcográficos. Hasta ahora y desde el retiro de Lokke-Sorensen, hace dos décadas, eran Morken y Yttri los que se repartían esas emisiones grabadas, pero va ya casi para dos años que nada sabemos del segundo, que precisamente y en buena lógica, debiera ser el futuro... ¡y el presente!

El último sello del que tenemos constancia de Arild Yttri fue esta vista de la ciudad noruega de Halden, emisión en calcografía y offset de 2015 con la que abrimos esta entrada. Es un grabado portentoso de Yttri, muy aglutinado y severo, para este magnífico sello impreso por Enschedé y diseñado por el mismo artista a partir de una fotografía de Lisa Gustavsen.

Arild Yttri, que nació en 1958, debutó en la filatelia noruega en una gran serie de tres sellos de 1988, escoltado por los dos maestros, entonces coincidentes cuando menos en el tiempo, Lokke-Sorensen y Sverre Morken. Es la serie calcográfica dedicada a la defensa territorial del país que ponemos entera por debajo de estas palabras. Yttri graba el sello de la construcción de una fortaleza durante el siglo XVII. Serie espectacular diseñada por Fredrik Matheson, a quien por cierto admiraba mucho Morken.

Desde entonces y hasta el sello reseñado de 2015, Yttri ha diseñado y grabado unos treinta sellos para Noruega, alternando estas obras de creación filatélica con exposiciones privadas de grabados y otro tipo de expresiones artísticas. También ha participado, con Morken, en el grabado de varios billetes noruegos de los últimos veinte años, así como en la confección de otros documentos oficiales del Estado. Es un artista de verdadero genio, que inició su formación a finales de los setenta en Bergen, acudiendo unos años después, en 1983 y hasta 1986, a la Statens kunstakademi, la prestigiosa academia de arte nacional de Oslo. Antes de esta formación, estuvo en Estocolmo, e incluso en 1985 viajó a Pekín, en China, para una estancia formativa en la Academia Central de Bellas Artes.

En este enlace se puede ver un vídeo en el que Yttri, con gran facilidad y talento, graba a buril y sobre cobre un retrato de unos 10x15 centímetros: https://www.youtube.com/watch?v=bCbOrGKiJb4.

Arild Yttri nos ha regalado de momento una treintena de sellos maravillosos, pero querríamos unas cuantas docenas más... ¿Será así?

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