En la teórica página 99 del número 300 de la revista "Alhambra" la persona que se escondía bajo el seudónimo de "Máximo Bandeleta" publicó su
[align=center]Oración del Filatelista[/align][/b][/color]
Decía así:
Ya sabeis, Señor, lo que es un sello.
Es un pedacito de papel.
A veces, y ello sirve para formar lo que llamamos colecciones temáticas, representan escenas de guerra, escenas bucólicas, paisajes, estátuas, templos, imágenes, etc.
Pero generalmente representan la efigie de la persona o personas que en aquellos momentos rigen los destinos del páis emisor.
Os he dicho antes, Señor, que mi corazón es un sello. Mejor os hubiera dicho: mi corazón, Señor, está preparado para ser vuestro sello.
Mi corazón siempre está en blanco, dispuesto a que estampéis en él lo que os convenga en cada instante: penalidaddes, alegrías, lo que querais.
Haced, Señor, que "mi tema" esté siempre subrayado por el único deseo de cumplir vuestra voluntad: si "representa" escenas de la vida, que vuestra voluntad lo presida todo.
Y si quereis imprimir en él vuestra efigie, como Señor que sois de todo mi ser, hacedlo, que será mi mayor satisfacción.
Pero cuando me "coloqueis" en la "máquina de imprimir", procurad que por mi culpa no quede "descentrado".
Procurad, también, Señor, que cuando me adhirais al impreso de la vida para que cumpla mi misión, el "matasellos" del pecado no borre de tal manera vuestra imagen que, prácticamente, la oculte a las miradas de los que me contemplan.
¡Gracias, Señor!
Saludos.