Hace un par de años tuve la ocasión de disertar sobre este tema en el I Foro de Historia postal de La Habana.
Me permito incluirlo aqui, pues en verano tenemos mas tiempo para leer (por lo largo) y os puede resultar de interés. Creo que este concepto de
FILATELIA SOCIAL se está abriendo paso muy rapidamente. De hecho, en la última feria de Londres (Stampex) y en Essen (IBRA'09) había un par de comerciantes que tenían estas piezas de interés histórico bajo este mismo epígrafe de Filatelia social
Algunas cartas la podéis haber visto en otros post, pero en todo caso ahí va el tocho....
LA FILATELIA SOCIAL
Mario Mirmán
La Habana, 2 de Noviembre de 2007.
Introducción
Hubo un tiempo en que los coleccionistas de sellos nos limitamos a eso precisamente… a coleccionar sellos, aunque parezca una redundancia. Pero pronto se nos hizo interesante, primero el estudio de los matasellos que portaban esos sellos para pasar pronto al estudio de la carta completa que portaba ese sello, naciendo así la Historia Postal, según definición de Javier Padín en su Diccionario, es la
“Relación y estudio de los hechos y circunstancias concernientes a las comunicaciones realizadas a través del Correo”.
Despliega por tanto su estudio sobre el conjunto de sellos, marcas, matasellos y porteos de la correspondencia, para así representar el Correo bien en un determinado periodo, bien en una zona (ciudad, región o país), bien en el conjunto de ambos. También surgieron los coleccionismos temáticos.
Por último, en los últimos tiempos se han incorporado nuevas variantes de nuestro coleccionismo: la Clase Abierta, incorporando otros elementos de colección a la Filatelia, a nuestras colecciones. Y ello conforme a unas determinadas proporciones de material filatélico/no filatélico, siguiendo las guidelines de la FIP.
Hace unos años, incluso antes de la implantación de esta llamada Clase Abierta, comencé a coleccionar una serie de cartas con un cierto contenido histórico, que trascendían de los coleccionismos al uso hasta entonces. No se trataba de analizar sólo los sellos, matasellos o marcas, y desde un punto de vista estrictamente postal o filatélico, sino mucho más y mucho más allá: Se trataba de analizar la carta en su contexto histórico, social, etc, extrayendo toda la información de este tipo que fuera posible, y no la estrictamente postal.
No sé a ciencia cierta a qué clase de coleccionismo son atribuibles las cartas que vamos ir analizando, dado el encorsetamiento que provocan las Guidelines de la F.I.P., pues sin descuidar su análisis postal, pretendemos dar “un pasito más”. Son cartas con una determinada “carga” de historia que trascienden de su mero interés postal. Y para ello, a veces esa “historia” nos la va a contar las marcas o franqueos utilizados en el sobre o envuelta, o sea, el propio continente, a veces la destilaremos del interior de las mismas, o sea de la carta propiamente dicha o contenido e incluso de ambas partes, continente y contenido. En el primer caso estaremos moviéndonos en los terrenos de la clase de Historia Postal, en el segundo y tercero en la Clase Abierta. Pero siempre, llevando a sus últimas consecuencias el concepto de Filatelia que nos dejó el Congreso Internacional de Filatelia de Barcelona de 1.960 como Ciencia auxiliar de la Historia, para llegar a un nuevo concepto, que nos atrevemos a denominar FILATELIA SOCIAL.
Los elementos postales
¿De dónde podemos extraer la información en una carta?
- Del sello de franqueo
- Del matasellos o la marca de origen (si prefilatélica)
- De las marcas postales complementarias a ambos lados
- De las marcas administrativas o comerciales, ya impresas, ya a tamponcillo
- De la persona y dirección a quien se envía
- De los datos que nos aporte el remitente
- Y, por último, del contenido del sobre o carta propiamente dicha (o texto de la postal)
Pues vamos a analizar estos elementos bajo este nuevo prisma que comentamos, como decimos “no estrictamente postal”
a) El sello de franqueo.
Esta es la parte más clara para todos: el análisis de los sellos de franqueo, si básicos, nos dará información tanto del régimen político de ese país (monarquía, República, etc…) como de los soberanos, escudos etc. del país que todos conocemos, y la incorporación del sello conmemorativo nos informa de acontecimientos históricos, como la serie de Colón de EEUU de 1892.
Pero bajo este prisma, podemos buscar circunstancias históricas que se refleje en el franqueo. Puede resultar divertido, por ejemplo…
¿qué información “histórica” nos da? El 14 de julio de 1931, se proclama en España la II República, saliendo el rey Alfonso XIII al exilio. Aquí mostramos una carta del dia 15 de abril, un día después, en el que observamos que los sellos que incorporan la imagen del monarca están sobrecargados “a máquina de escribir” con la leyenda “República” del nuevo régimen, no así el de cifra. Otras manifestaciones de este momento histórico, hasta la emisión de los sellos con la oportuna sobrecarga oficial, fue la de franquear con los sellos en posición invertida, atendiendo al lema republicano “Cabeza bajo andarás, pero a España no volverás”. ¿no es esta carta la prueba física de un momento histórico?
b) El Matasellos o marca de origen.
Está claro que el matasellos nos puede incorporar información histórica, ya por tratarse de un rodillo conmemorativo como por ejemplo el rodillo cubano de Finley y la fiebre amarilla, o en el caso de matasellos, siguiendo con Cuba, el uso de los matasellos MILITARY STATION en 1898-99 en una determinada ciudad, en una determinada fecha, nos da el dato histórico de la ocupación de dicha ciudad en ese momento.
En el caso de la prefilatelia, también en Cuba podemos encontrar cartas con la marca FERRO-CARRIL de 1846 a 1850 que nos dejan noticia histórica tanto de la existencia de dicho medio de transporte en la isla incluso antes que en la metrópoli, así como de su uso para, entre otros, el transporte de la correspondencia.
De España me gustaría exponer un ejemplo que refleja un momento histórico importante.
Sevilla, 18 de junio de 1732. Carta con franquicia de porte y marca “sello negro” al ser correo real: manuscrito “Por el Rey“ y sello a la cera al dorso de Felipe V. Esta pieza es una de las dos únicas muestras conocidas de sello negro usadas por Felipe V fuera de los “Reales Sitios” (Madrid, Aranjuez o San Ildefonso de la Granja). Muerto su hijo Luis I en quien había abdicado y obligado a retomar la corona, Felipe V trasladó la Corte a Sevilla de 1728 a 1733, y de ello es prueba histórica esta carta. Además, contiene un interesante texto firmado “Yo el Rey” mandando rogativas en favor “de la expedición de un ejército a reunir en Alicante de 30.000 infantes y canallas (si fuese menester) … a las órdenes del Conde de Montemar… para recobrar la plaza de Orán… de los bárbaros africanos, abierta a la esclavitud de los havitadores de las inmediatas costas de España”. Esta carta serviría de ejemplo para el último punto también, pero no nos adelantemos en la exposición.
c) Las marcas postales complementarias
Para ilustrar este punto vamos a estudiar una carta aparentemente “sucia”, sin sellos, y que sin embargo trae una información histórica importantísima….
Se trata de una carta de la zona de Valencia a Barcelona, del 8 de octubre de 1938. Los militares “nacionales” habían cortado ya el trayecto por tierra (unos 350 km. de carretera costera) y el Correo de ve obligado al envío por barco. Al llegar a Barcelona, y antes de descargarse el mismo, la aviación de Franco hunde el barco en el mismo puerto de Barcelona el 13 de Octubre. Se trata del buque “Yorkbrook”, de bandera escocesa y botado en 1905. Reflotado en el mismo puerto, se baja la correspondencia y carga, estampando al dorso la marca que refleja el suceso histórico… “LLEGÓ EN EL BARCO MOJADO DE VALENCIA” y un fechador de 26 de noviembre (¡un mes y medio después¡), circunstancia que motiva el desprendimiento de los sellos. Se vuelve a atacar y a hundir dicho barco allí mismo, y no será hasta el 16 de enero de 1940, una vez terminada la guerra, que se reflote y rebautice como “Castillo de Monteagudo”. Queda claro el aporte histórico de una sencilla marca postal.
d) Las marcas administrativas o comerciales
Para ilustrar este punto, me van a permitir que use como ejemplo la carta que motivó mi introducción en la búsqueda de este tipo de cartas “históricas”. Se trata de una carta que por el mero hecho de enviarla, bien le pudo costar la vida al remitente…
Aquí se trata de la ilustración del sobre. Pongámonos en antecedentes. La Guerra Civil se proclama el 18 de julio de 1936, y queda bajo control de los rebeldes “nacionales” la zona de Andalucía occidental (Sevilla-Córdoba-Huelva) en un primer momento. La sierra norte de Sevilla, a la que pertenece Cazalla, es de los pocos focos que persisten, durante poco tiempo, en manos republicanas. Cazalla es tomada, pero el remitente, una empresa de anisados, tiene que enviar una carta y los únicos sobres que tiene son pro-republicanos incorporando la bandera republicana roja-amarilla-granate y la bandera de Andalucía (la región). Con laca de uñas roja de mujer intenta infructuosamente “enrojecer” el morado de República para retomar la bandera tradicional de España (no sé si se apreciará bien en la imagen, pero así es). Se cura en salud poniendo marcas de adhesión al movimiento fascista “VIVA ESPAÑA / VIVA EL EJERCITO”. Lo cierto es que jugándose la vida por el uso de semejantes símbolos en esas circunstancias, movidos por la escasez de sobres blancos en una economía de guerra. Y si la salvaron es porque se trataba de industriales, porque pasó por la censura militar…
e) De la persona y dirección a quien se envía
En ocasiones, la importancia “histórica” de la carta puede estar en la persona del destinatario de la misma, al tratarse de una persona famosa, de renombre … buscada por la policía de medio mundo. Para este punto de nuestro estudio vamos a recurrir a tres cartas, entre 1959 y 1961, las tres con idéntico franqueo correcto con sello de 1 peseta de Franco dirigidas a:
León Degrelle
Juan León Ramírez
Juan Ramírez Reina
Todas a Constantina (Sevilla), expresando dos de ellas “La Carlina” y la segunda “Fábrica de locetas (sic)”. Todas dirigidas a la misma persona. Inmediatamente nos surgen las preguntas ¿por qué se cambió, y progresivamente, el nombre? ¿Cuál era el legítimo? Sin ningún género de dudas, el primero, León Degrelle, jefe del partido REX belga, jefe de las Waffen-SS hitlerianas. Aquí, por tanto, estamos ante tres cartas que testimonian la presencia del líder nazi en España, años después del final de la 2ª Guerra Mundial, una de las personas más buscadas y perseguidas por la INTERPOL, el Mossad israelí, por los servicios secretos belgas e incluso los barbouzes del general De Gaulle. Un tipo del que Hitler, al condecorarlo personalmente con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, afirmó que de haber tenido un hijo, le hubiera gustado que hubiera sido de la estirpe de León.
En abril de 1945 muere Hitler en Berlín, la guerra se acaba. Degrelle logra escapar y alcanza Noruega. En un avión cedido por Joseph Terboven, Reichkomissar alemán en Noruega que se suicidaría horas después, logra atravesar toda Europa en guerra y llegar a las playas de San Sebastián, donde aterriza accidentadamente ya sin gasolina, sufriendo heridas que le harían convalecer varios meses. Los Aliados amenazan invadir España a menos que sean entregados Degrelle y Pierre Laval (político francés filonazi refugiado en España al terminar la guerra). Ante la presión, Franco entregó a Laval, que fue condenado a muerte, pero se comprometió a mantener a Degrelle hasta que pudiera moverse del hospital. Degrelle pasa un año hospitalizado, casi totalmente enyesado e inmóvil. Mientras, el gobierno belga decreta la “Lex Degrelliana”, una ley que declaraba ilegal poseer, transferir o recibir, cualquier libro de Degrelle o que hablara sobre él. Se le juzga en ausencia y el 29 de diciembre, se le retira la nacionalidad belga y es condenado a muerte por las potencias vencedoras.
A primeros de enero de 1946, una vez terminados los preparativos, el coronel belga De Lovinfosse, oficial superior belga-británico de los Servicios de Seguridad, llegó a los Pirineos para llevar a cabo la primera operación de tentativa de secuestro. No tenía gran riesgo, puesto que cómplices españoles a sueldo —doscientas mil pesetas— habían preparado el traslado a la prisión de Pamplona desde el hospital de San Sebastián y habían fijado el lugar en donde el coche, con pretexto de avería, se pararía en plena carretera, cerca de la localidad de Lecumberri. Ese secuestro había sido ordenado por escrito por el primer ministro belga en persona, Van Acker. La seguridad francesa, prevenida oficialmente en París, había puesto sus vehículos y sus mejores agentes de Burdeos a disposición del coronel de Bruselas. Todos los documentos belgas y franceses relativos al caso fueron publicados después por el coronel De Lovinfosse.
La presión internacional obliga al régimen español, en su ánimo de protegerlo, a una charada. El propio Degrelle lo explica en una entrevista…
“Cuando quince meses después de mi aterrizaje forzoso, al gobierno español, verdaderamente, ya no le fue posible resistir a las presiones belgo-anglo-americanas —pues los embajadores del Reino Unido y de los Estados Unidos también hostigaban a Franco verbalmente y por escrito— dio su conformidad a mi expulsión, con la restricción mental de que no se me expulsaría. La expulsión teórica tuvo, pues, lugar el 21 de agosto de 1946. Pero fue a un falso Degrelle a quien se le condujo hasta la frontera portuguesa. Durante ese tiempo, en el coche del conde de Mayalde, embajador de España y alcalde de Madrid, corría hacia el primero de mis refugios. Poseía una documentación en regla a nombre de Juan Sanchís, polaco. Sospechando mi pobreza, Franco, personalmente, había deslizado entre la documentación veinticinco mil pesetas, suma bastante considerable entonces. Iba a pasar de escondite en escondite. Los que querían mi pellejo me perseguirían durante decenas de años.”
Tras un tiempo escondido en Sierra Morena, desde donde amparado por Franco comienza sus negocios, a comienzos de los cincuenta llega a Constantina, y de obrero llegó a fundar su propia compañía de construcción. Fue tan exitosa su empresa que, paradójicamente, el gobierno de EEUU le encargó la construcción de campos aéreos en España, adquiriendo la finca La Carlina, y convirtiéndola en un palacete con bustos romanos y edificando cincuenta casas para los americanos.
Es en La Carlina, la finca a donde van dirigidas las cartas que nos ocupan y en este tiempo, donde va a sufrir varios intentos de secuestro…
“el más importante de ellos el organizado por el subdirector general de la Seguridad de Israel, Zwy Aldouby. Aldouby y su equipo penetraron en España, equipados y armados de un modo formidable, y financiados a medias por una gran revista americana, que había comprado por anticipado el relato del secuestro. (…)amigos en el extranjero desde tres meses antes me tuvieron con exactitud al corriente del proyecto. Cuando ellos creían que estaban a punto de ganar la partida, cuando las lineas telefónicas de mi propiedad de Constantina ya habían sido cortadas y todos los perros de la vecindad habían sido envenenados para que no hubiera la menor alerta, la policía española, prevenida por mí, se les echó encima. Aldouby y sus sicarios, encerrados en prisión, fueron condenados por un Consejo de Guerra en Barcelona, en agosto de 1961, a ocho y diez años de privación de libertad. Su gran coche, un Lincoln, estaba provisto en el maletero de una especie de ataúd con un dispositivo con narcótico: me hubieran metido allí, sin excesivos cuidados, hasta que el coche hubiera llegado al barco, dispuesto a levar anclas no lejos de Málaga.
Los judíos organizaron una segunda tentativa desde Amberes. Los candidatos a secuestradores fueron pescados en Bilbao, en el momento en que desembarcaban. Una última tentativa de secuestro fue preparada, esta vez, por “barbouzes” del general De Gaulle. Este último detestaba a Spaak, socialista que se oponía a su plan europeo de tendencia nacionalista. Sabiendo que yo podría demoler políticamente a su adversario en un gran debate judicial, De Gaulle planea entregarme al gobierno belga, con la muy hipócrita condición de que se me hiciera un proceso publico, pues el contaba con que yo haría trizas a Spaak, redundante adversario de sus proyectos. Los secuestradores del glorioso general no tuvieron más suerte que sus predecesores belgas o islarios (israelís). Fueron detenidos por la policía española junto a la misma valla de mi propiedad. Se les expulsó discretamente”.
Aquí tenemos, por tanto, tanto la prueba histórica de su presencia en España, como una razón de peso que justificase el cambio de nombre que se produce en estos años, como podemos observar en las cartas.
f) De los datos que nos aporta el remitente
En otras ocasiones, se trata de una información histórica que nos viene dada por el remitente. En ocasiones puede ser una personalidad y en otras un simple niño. Aquí tenemos un excelente ejemplo, con una carta de uno de los llamados “niños de la guerra”, que fueron evacuados a terceros paises para alejarlos del horror de la guerra, en este caso a Morelia, en México, a un hogar escuela “ESPAÑA-MEXICO”, y a la que incluso se le dotó de franquicia presidencial. Dirigida a su padre, no deja de impresionar que use el lenguaje al uso y llame a su padre “camarada”….
g) El contenido o texto
Este último punto es el de más difícil aceptación para la Filatelia expositiva actual, dejándole un leve resquicio de aportarse piezas de importancia en este aspecto a las colecciones incluidas en clase abierta, y no aceptándose aportaciones en este sentido en las colecciones tradicionales, de historia postal o temáticas.
Y para mi, perdemos un área de piezas expositivas de indudable importancia, que incluso tendrían un importante efecto “llamada” a nuevos coleccionistas, a la Filatelia, a nuestras exposiciones. ¿Quién no iría a ver una exposición de Filatelia que entre otras piezas o colecciones mostrara cartas de Picasso, o de literatos o políticos?
Observemos la siguiente postal. Desde un punto de vista “académico-filatélico” sólo se podría exhibir por el propio elemento postal en si, ya sea el entero postal, ya la franquicia del Congreso de los Diputados, pero su verdadera rareza, su excepcionalidad está al dorso: Está escrita personalmente por Pablo Iglesias, presidente del PSOE español, y dirigida a otro compañero de la Internacional Socialista, Karl Kautsky, uno de los mas importantes pensadores socialistas, colaborador de Engel y solicitándole fondos de los socialistas alemanes para los obreros españoles de la construcción en huelga.
reverso
Conclusiones
Se hace necesario un nuevo concepto de coleccionismo filatélico, más flexible, no tan rígido como las actuales guidelines, que permita la exhibición de un tipo de piezas “diferentes”, con algo “especial” dijéramos, que va más allá de su mero contexto filatélico o postal. A mi me gusta personalmente el término de “Filatelia Social” para reflejar este coleccionismo, o mejor dicho, este modo de coleccionar.
Claro que con una mayor permisividad institucional, por sobrar, sobran hasta los nombres. Y lo que faltan son coleccionistas… ¿no sería pues una vía, como hemos indicado, para la llegada, para la aproximación a nuestro hermoso hobby de nuevos coleccionistas en el siglo XXI? Me quedo con la definición de filatelia que comentábamos al principio del Congreso Internacional de Filatelia de Barcelona de 1.960 como Ciencia auxiliar de la Historia, y termino con una cuestión…¿Por qué no llevamos los filatélicos esta definición a sus últimas consecuencias? Yo he comenzado a hacerlo y el disfrute es máximo
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Espero que os haya gustado
Abrazotesss