La Convención, sencillamente magnífica. En todos los sentidos: por su excelente organización, y por el extraordinario nivel de estar muy a gusto que ha habido, que creo que ha sido compartido por todos.
A los valencianos, como anfitriones decirles que les quiero, que su hospitalidad ha sido generosa a raudales, que nos han llenado los brazos de obsequios y el corazón de sincera amistad. Que han tenido con nosotros detalles de sabia elegancia (magníficos los menús filatélicos, por ejemplo), y que han derrochado su tiempo y esfuerzo para satisfacer todas nuestras necesidades. Gracias a Fardutti, por el exquisito carisma que siempre nos proyecta y felicidades por la elección de Socio del Año, indiscutible por su trabajo en pro de nuestra asociación. Gracias a Honorio por su continua dedicación y disponibilidad y su siempre amena presencia; a Paco (Laudes) por su bonhomía, sus atenciones y su extraordinario sentido del humor; a Miguel Ángel (Liame) por su generosidad sin límites y su amistad sincera; a Abel (Negami) por regalarme su abundante inteligencia, lucidez y cariño; y a Xavier de Valencia, sencillamente, por ser como es: una extraordinaria persona.
Gracias a todos los demás compañeros por lo mismo: compartir su amistad conmigo. A los que ya conocía, por el placer de volver a vernos; a algunos que no veía desde hacía un tiempo por el placer de reencontrarnos, y a los nuevos, por el de conocernos. La Convención me ha permitido conocer a tíos tan cojonudos, tan buenas personas como PJ, Benja o Briviesca, a quienes no conocía personalmente; o compartir amenas y divertidísimas charlas con Ximo; descojonarme (literalmente) de risa, entre Laudes y Xavier; o tantos y tantos momentos que podría citar.
Las APAs, yo no sé que las dan, pero cada año que pasa están más guapas.
Las actividades, demasié pal cuerpo. Relato narrativo (y subjetivo, por supuesto):
Llego la noche del viernes de madrugada. Encuentro a todo el mundo en los salones del hotel (ya estaban con los sellos); a los cinco minutos ya nuevos amigos me llevan a tomar una copa. Luego vienen otros y otra copa. Luego hay alguna más. Las cuatro (la maleta sin deshacer).
A la mañana siguiente me levanto como puedo, pero aún así creía que lo hacía con tiempo, pero tenía el despertador con la hora cambiada (una hora menos) me doy cuenta de que ya es la hora de salir y cinco minutos después de haber despertado ya estoy en el autobús. Marchaaaaaaaa! Visita a Correos:

nos recibió una amabilísima y hospitalaria sirena...



Muy erudita y vital conferencia filatélica del dr. Baixaulí.
Mientras esperamos el autobús unas birras (¡sin desayunar!). Visita a la Albufera. Nos recibe una traca, y un viaje en barca por la Albufera (antropológica es la foto).


Buena comida.
Vuelta al hotel. Un pequeñito rato de tiempo antes de la Convención, quiero subir a la habitación y me vuelven a raptar para tomar unas copas. Convención. Cena (Muy buena). Palmarés de la exposición. Socio del Año. Más zoco filatélico. Las dos de la mañana en el hotel cambiando sellos. “¿Qué, te vienes a tomar unas copas?” Uno que es débil…
Comida del domingo. Cojonuda. Ahí van afotos (pidiendo disculpas por si no están todos los que estaban)






y en lo de "trasiegabirras" me rindo. Aunque creo poder decir que me merezco la medalla de plata, ex-aequo con PJ, la de oro creo que se la ganó Ed. ¡Qué manera de fumar y beber el tío: a pares!







