Sobre dictaduras, oligarquías, Platones y gobiernos de los mejores puede ayudarnos un poco, precisamente, la etimología.
El concepto etimológico literal para referirse a la idea del 'gobierno de los mejores' es el de
aristocracia; nunca dictadura (que no es el gobierno de los mejores sino la supresión de las libertades) ni oligarquía (que etimológicamente es el gobierno de unos pocos, no necesariamente 'mejores'; de
óligos = 'pocos'; de ahí también viene 'oligoelementos').
Aristocracia viene de
áristos = 'el mejor' y
kratos = 'poder, gobierno', y se oponía en la Grecia clásica a otros dos sistemas de gobierno: la plutocracia (gobierno de los ricos) y la democracia, que todos sabemos que viene de
demos = 'pueblo' (como 'conjunto de personas') y
kratos = 'poder, gobierno', esto es, 'el gobierno del pueblo', entendido como de toda la masa, no solo 'de los mejores', ni 'de los ricos'. Que luego el concepto de aristocracia, en edades posteriores, se identificase únicamente con una clase social: los nobles, y tiñese el concepto original de otros matices es otra historia.
Podría extenderme sobre cómo la idea de democracia gana en Grecia a pesar de que Platón prefería la aristocracia (con matices: nunca defendió el gobierno de una única persona, sino que los más capaces debían llevar las áreas de su incumbencia; por ejemplo, que la sanidad de la polis la llevase el médico más capaz, y que el urbanismo de la polis lo llevase el arquitecto más capaz, que eso es otra cosa a decir 'dictadura'; y también se suele citar muy gratuitamente a Platón en este sentido, tomando solo una parte de lo que defendía, y olvidando que todo eso lo desarrolla en una obra magna de diez tomos, no de una única frase y que se titula, ¡curiosamente!
República, literalmente = cosa pública, 'cosa del pueblo'), o podría explicar que el concepto propio de 'demos' excluía de sí mismo a los mejores = nobles para referirse a los más comunes de los mortales, pero creo que no hace falta. También podría citar cómo hasta en Roma esta misma dialéctica se impuso en el asesinato de César ("el más noble y mejor de todos los hombres", como citó de él Marco Aurelio, "y precisamente por ello debía ser asesinado"; debía ser asesinado porque no se podía dejar que todo el poder estuviese en manos de una sola persona, a pesar de que fuese muy listo, muy guapo o fuese el dueño del balón. Este es el peligro que los defensores de los 'gobiernos de los mejores' no suelen ver, aunque muchos de ellos suelan apoyarse en una (tan solo) de las 14324 frases de Platón en su
República.
Si nos puede servir esta dialéctica histórica como enseñanza al caso que aquí se está comentando sería para ver que, una vez más, la historia da la razón a la 'democracia' frente a la 'aristocracia'. A pesar de sus defectos, la democracia funciona porque está soportada sobre una base más amplia y más fuerte que un sistema aristocrático o, en ciertos modelos, absolutista. Cuando, en sus orígenes, el
Ágora decidió ponerse en manos no de un único hombre (el dueño del balón o, en nuestro caso, del servidor de Filaposta), sino en manos de una comunidad, constituyéndose en asociación, abrió y amplió su futuro. Porque ya no dependía todo del dueño del balón, sino de un conjunto de personas que pagarían alícuotamente la cuota del coste de ese balón y decidirían con sus votos las decisiones, por el valor de la mayoría y no de la sabiduría iluminada de una única persona. Por lo que veo, el dueño del balón de Filaposta se ha cansado y se ha llevado el balón a casa y ahora todos los que jugaban con él sin preguntarse nada se han quedado sin juego. Pero
en el Ágora una sola persona no puede llevarse el balón a casa y dar por terminado el juego porque el balón es democráticamente de todos.
De la otra cosa que ha provocado (según parece) el final de Filaposta, igual sí podríamos sacar alguna enseñanza. La baja participación sí puede llevar cualquier cosa a su final porque al final, aunque el balón sea de todos, si no hay nadie que quiera jugar, el juego (nuestro juego) también se muere.
"No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, tan sólo si marchamos por el mismo camino" (Goethe)