Es cierto, que el catálogo no es exhaustivo, pues las solicitudes para perforar sellos o documentos postales siempre son promovidos por los empresarios o asociaciones interesadas en ello.
Cuando la autoridad postal les concede el permiso son los propios interesados quienes encargan las perforadoras manuales, y lo hacen a su manera.
Incluso cuando se dejan de utilizar las máquinillas, por rotura, defecto o caducidad del permiso, éstas quedan en poder de los interesados. Esto es lo que tengo entendido, pues creo se ha tratado ya en el Ágora.
Esto origina -supongo- que el estudioso que creó los catálogos no pueda saber exactamente la composición de los grupos de letras hasta que las perforaciones no se hallen en uso. Motivo que no pueda catalogar las que no ha llegado a "pescar".
Gracias por ayudarme sobre el tema.