


No es necesario extenderse para referirnos a los sellos sin dentar, pues obser-vando los distintos ejemplos que podíamos aportar, se aprecia perfectamente la falta de dentado.
Pero una cosa es, una colección expresamente basada en piezas de estas condi-ciones y muy otra que estas piezas estén sobre cartas auténticamente circuladas, que es cuando cobran un valor añadido, y éstas están inutilizadas con sendos matasellos espe-ciales, cobran un interés superior, por una parte por cuanto esos matasellos no volverán a utilizarse y después su auténtica circulación.
Tanto en un caso como otro, a nuestro entender, los sellos sin dentar deben coleccionarse en parejas o piezas mayores, o bien en la existencia de un considerable margen a fin de que no haya suspicacia alguna, pues se da el caso de que errores de dentado han dejado suficiente espacio, para que hábilmente los “listos” produzcan piezas ¿coleccionables?. Josellito.
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“Donde acaba el Correo comienza el coleccionismo”
