Hola Eosi
Es una reflexion que todos nos hacemos desde la perspectiva del tiempo que hoy vivimos y las cosas que asumimos como normales hoy dia y que han sufrido evoluciones a veces dificiles de calibrar.
Eso tan lógico, que hoy dia pareceria lo mas normal, no lo era en el siglo XIX, donde el correo actuaba como un servicio eminentemente publico y con el objetivo de contentar a los usuarios y extenderse hasta convertirse en la red neural de todas las comunicaciones , evolucionando hacia la consolidacion de ser el organo fudamental de relacion en todos los ambitos, era el motor que movia la economia, la politica, la justicia, los negocios, y su importancia era única.
Ya por entonces los responsables del Correo tenian una gran preocupacion por las quejas que continuamente realizaban lo usuarios, ya fuera por las tardanzas de expediciones, por la apertura del correo o por el abuso en el cobro de portes, ademas de otras cosas, temas estos siempre presentes en ordenanzas, decretos y comunicaciones internas del Ramo.
Tambien es conveniente recordar que los portes eran a pagar en destino, portes debidos, con lo que el verdadero interes de la Renta era entregar la carta al destinatario, pues sino, era viaje y dinero perdido, y el aumento de portes por movilidad en aquellos años, hubiera conllevado muchos rechazos de cartas y las consiguiente perdidas para el Correo.
Oficialmente, hablo de memoria, en el Reglamento de Correos hay una parte en la que creo recodar se habla de los deberes de todos los empleados del escalafon del Ramo y uno de los mas presentes era la entrega lo mas rapida y eficientemente posible de la correspondencia a todos sus destinatarios, superando obstaculos y contratiempos siempre que los hubiere ( y parece ser habia bastantes

).
Mas adelante, dentro del periodo filatelico, si creo recordar que hay una ordenanza comunicación o notificacion a los carteros, sobre como debe tratarse el correo reexpedido o no repartido en la primera expedicion, colocando al dorso la firma del cartero y el motivo de la no entrega o devolución, pero nada dice en cuanto a que se cobre nuevamente si el destinatario tiene nueva direccion conocida.
Fundamentalmente el afan del Correo a finales del XVIII y ya en el siglo XIX, el de las grandes mejoras, es repartir eficazmente y llegar a todo el mundo, entregando su correo lo mas rapidamente posible. Tan solo hay que recordar que incluso se anotaba a veces que al destinatario se le buscase en "donde se halle", mision que la Renta conseguia ejecutar la mayoria de las veces, pues en esos años, debian ser bien conocidos los receptores de mayor volumen de correspondencia, y el resto, con los sistemas de listas, tambien debían ser conocidos habitualmente por los responsables del Correo en cada lugar, es por ello que los portes entre expediciones si que eran controlados y marcados con sus numerales para la contabilidad interna, pero el destinatario pagaba por el trayecto real de la carta y por el peso exacto de la misma.
¡¡¡¡Como han cambiado los tiempos en todo¡¡¡¡
Saludos