Foro sobre filatelia o sobre lo que se tercie. Ágora de Filatelia es un foro abierto que Afinet ofrece a la comunidad filatélica universal para que exprese libremente sus opiniones y conocimientos
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Espacio para proyectos de Catálogos de marcas o aspectos filatélicos que puedan reordenarse en bases de datos o catálogos. Topics que engloben estudios particulares de sellos, emisiones o tipos de efectos postales
(SUBFORO EN HONOR AL GRAN MAESTRO y COMPAÑERO, EL FORERO JOSELLITO Y EL FORERO SETOBO)
[color=#800000]ramon1843[/color] escribió: [...] Por supuesto, de todo lo que yo voy añadiendo, tanto el creador y director de este hilo, Eugenio de Quesada, como los mismos responsables de la página, pueden disponer libremente de textos, imágenes e ideas, así como de mi colaboración si menester fuera, caso de que algún día se concrete otra edición en papel. Aunque insisto en este mi parecer: paralelamente y al margen de las ediciones en papel, considero esta edición virtual de este magnífico Tema como lo que sin duda es, la matriz esencial de la inspirada idea de Eugenio y también uno de los buques insignia del Foro [...]
Hace bastante tiempo, amigo Ramón, que vengo reuniendo imágenes, notas y material para elaborar un nuevo libro de "Ambrosías Postales", aunque todavía no tengo claro si es mejor hacer una segunda entrega (hay contenido más que suficiente para ello), o bien hacer una segunda edición "corregida y aumentada" del libro que, fácilmente, podría duplicar su volumen de páginas y contenido. En este último caso, claro está, sería algo a consensuar con la coautora Mónica Pan.
Sea como fuere, gracias por poner tus aportaciones a mi disposición y, más aún, por ofrecer tu generosa (y valiosa) colaboración para una segunda edición de esta fascinante obra .
Un fuerte abrazo a todos,
EQ
Vicepresidente SOFIMA | Académico RAHFeHP-AEP | Director EL ECO
~ CORREO FUERA DE VALIJA (XV a XIX) ~ CHASQUIS (XVII y XVIII)
~ MUESTRAS COMERCIALES (XIX) ~ SOBRES DE TELEGRAMAS (XIX)
~ CUBA TELÉGRAFOS (1868-96) ~ ALFONSILLO (1879) ~ BUZONES
Hola Eugenio, pues os animo a que lo hagáis o lo hagas, si así finalmente lo consideráis, y respecto a cuanto vaya yo aportando en este Tema, que la verdad es que es donde más me gusta hacerlo, por las facilidades de edición antes expuestas, pues te reitero la completa confianza para hacer uso libre y discriminatorio de ello, si así lo considerases… Saludos y prosigo con esta ambrosía que acabo de escribir, luego de pensar un poco en ella…
En este lienzo del artista norteamericano William Sidney Mount (1807-1868), Noticias de California (California News, 1850), podemos decir que la ambrosía postal está sobre todo donde no la vemos, muy cerca en el espacio del punto de vista del espectador. Pudiéramos decir en realidad que la ambrosía postal está en nosotros, con sólo leer las palabras que hay en el marco superior de la puerta: Post Office.
El hecho de que la puerta esté abierta hacia dentro, quiere decir que estamos dentro de la oficina postal. No hay cartas a la vista ni tampoco rastro confiable de otros objetos postales, pero sabemos que están ahí. Precisamos otra vez del espíritu de Azorín para concretar en palabras lo que podemos y queremos imaginar…
…Estamos en un pueblecito del Sur norteamericano, no importa cuál. Son las doce del mediodía y las gentes del lugar van llegando a la oficina postal. Unos hombres sentados a la mesa, con su copita de vino y su pipa, comentan entusiasmados las últimas noticias del periódico que acaban de recoger, la fiebre del oro se ha desatado en toda California y están deseosos de conocer las últimas novedades… Una muchacha expectante y nerviosa está detrás de ellos, ¿acaso su enamorado está buscando oro y esa es su correspondencia del día, una noticia feliz y sin nombres, o tal vez suplica ensimismada la llegada por fin de esa carta embriagadora? ¿Quién es ese muchacho que parece decirle algo?...
…Un hombre de color, triste y abnegado, va a preguntar, allí donde están las cartas, si hay correspondencia para su amo, ¿o tal vez espera noticias de su familia, que acaso esté sirviendo en otro pueblecito cercano? Mientras tanto una niña, que suponemos hija de alguno de los hombres que están alrededor del periódico, contiene la respiración…
California News, de William Sidney Mount(1850). Óleo sobre lienzo
Por una vez no nos molesta el título de este bello óleo, La carta de amor, obra del artista francés Jules Girardet (1856-1938), pues de otra manera cabría discutir si no es una tarjetita lo que se entrega a esta bella y taimada jovencita.
Y aprovechamos el título susodicho para presentar otra excelente pintura de una artista inédita en este Tema, la austríaca Emma Von Müller (1859-1925).
"La carta de amor", de Jules Girardet. Óleo sobre lienzo, 82 x 65 cm
Y un artista eminente al que damos la bienvenida más admirada en este Tema: Alexander Roslin (1718-1793). Otro retrato de este pintor sueco, por cierto, dio origen a uno de los mejores sellos de Czeslaw Slania: el de Mujer con velo, en realidad su esposa Marie-Suzanne Giroust, y que el maestro polaco grabó para una emisión de Suecia de 1972 (*).
En esta pintura que presentamos aquí como ambrosía postal (Retrato Marie Emilie Boucher, 1779), Roslin retrata a la segunda hija del artista francés François Boucher (1703-1770), a quien había conocido y a quien admiraba sin reservas desde su llegada a París casi veinte años antes.
La carta que sostiene en la mano la retratada va dirigida a Monsieur Cuivilliers, su marido. Un retrato magistral.
Cuenta la leyenda que Alfred Tennyson, uno de los más grandes poetas de la literatura, tuvo la revelación de su poema Mariana en el Sur estando por tierras españolas, cuando a principios de la década de los años treinta del siglo XIX hizo una incursión en los Pirineos para apoyar la causa liberal. El poema sería publicado por primera vez en 1832, después de su primer y más amplio acercamiento en 1830 (Mariana), y no fue sino hasta 1842 que, tras unas leves correcciones, quedó definitivamente fijado.
Tennyson se inspira, tanto para la obra de 1830 como para este poema de 1842, en un personaje de Medida por medida, la obra de Shakespeare (1604). Y hace de la malhadada Mariana el símbolo del amor traicionado y solitario, a través de unos versos heridos y dolientes.
El artista británico John William Waterhouse (1849-1917), nacido en Roma, interpretó este maravilloso poema de Tennyson de 1842, del que a continuación entresacamos algunos versos, en una pintura bella y melancólica, titulada también Mariana en el Sur (1897):
...En el espejo profundo destellaba
la clara perfección de su belleza...
...'Duermo olvidada y despierto triste'.
...y levantándose, sacó de su pecho
unas viejas cartas.
'El amor ha de ser verdadero', decían,
'a la criatura más bella de la tierra...'
'Mariana in the South', de Alfred Tennyson, escrito entre finales de 1831 y principios de 1832, publicado corregido en 1842.
"Mariana in the South" (1897), de John William Waterhouse. Óleo sobre tela, 114 × 74 cm
Estudio de Waterhouse para la obra definitiva. Óleo sobre tela, 134.5 × 86.3 cm
Si os parece bien y como complemento necesario de la bella pintura de Waterhouse, traemos entero el gran poema de Alfred Tennyson en la mejor traducción que he podido encontrar por la red, obra del poeta y escritor Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 10 de mayo de 1963). Una verdadera maravilla, tanto el poema como la traducción, obra de un reconocido antólogo de Tennyson:
Mariana en el Sur, de Alfred Tennyson (1842), traducción de Antonio Rivero Taravillo, procedente de su cuaderno de bitácora Fuego con nieve
Con una blanca sombra ante su planta,
la casa resplandece en todo el llano
velada al gran calor por celosías
y en silencio las viñas polvorientas:
una sierra azulada a la derecha
y ante ella el cauce seco de un río,
bajíos en una playa lejana
de clara arena y deslumbrantes calas.
Pero, “Ave María”, sollozaba,
y “Ave María” estaba noche y día,
y, “Ay,” cantaba, “estar en soledad,
vivir olvidada, el amor perdido”.
Mientras su canto se iba entristeciendo,
por frente y pecho abajo resbalaban,
y en los rosados cirios de sus dedos,
guedejas del castaño más intenso
a ambos lados. Detrás aparecían
umbríos y secretos, sepulcrales,
sus ojos melancólicos, divinos,
morada de un infortunio sin lágrimas.
Y “Ave María”, se lamentaba,
“Madonna, triste son la noche y el día”,
y, “Ay”, cantaba, “estar en soledad,
vivir olvidada, el amor perdido”.
Cuando mudaba el carmesí, y pasaba
a vivo anaranjado sobre el mar,
ella se reclinaba, y de rodillas
le murmuraba así a Nuestra Señora:
“Concédeme Tu Gracia, Madre Mía,
para llevar mi fatigosa carga.”
Y en el líquido espejo refulgía
la clara perfección de su semblante.
“¿Es ésta la hermosura”, sollozaba,
“que él tanto alabara, noche y día?”
Y, “Ay”, decía, “mas me levanto sola,
duermo olvidada y despierto triste”.
Ningún ave cantaba, no balaban
corderos ni pasaba nube alguna,
mas el calor del día iba creciendo
por piedras y vapores de salinas;
siguió dormida toda la mañana
y pensó que hollaba hierbas en el monte
oyendo ecos de sus nativas brisas
y el murmullo de arroyos valle abajo.
En sueños exhaló un leve gemido,
y en susurros, como de noche y día,
pensó: “Aquí está solitario mi espíritu
que camina olvidado y está perdido”.
Aun soñando, supo que era un sueño:
sentía que él estaba allí y no estaba.
El rumor del riachuelo, al despertarse,
se apagó y, fuera, el sol más persistente
marchitaba un sauce enfermo, encogido.
El lecho del río cubría el polvo
y todo aquel gran horno de la luz
chocaba contra el muro cegador.
Murmuró, con una queja ahogada
y más profunda que de noche o día:
“Madre de Amor, no dejes que aquí sola
olvidada viva y muera afligida”.
Levantándose, extrajo de su seno
viejas cartas en alabanza suya.
“El amor ha de ser fiel” le decían,
“a la criatura más bella del mundo.”
Un espectro la puerta atravesó
mirándola con desprecio, y le dijo:
“Pero ahora que deserta tu belleza
sola te quedarás ya para siempre.”
“Oh corazón tan cruel”, cambió de tono,
“y cruel amor, destinado al desdén,
¿es éste mi final, la soledad,
vivir olvidada y morir cuitada?”
En la hora vespertina algunas veces
un espectro la puerta atravesaba;
mirándola a los ojos le decía:
“Ya nunca volverás a estar tú sola”.
Y, posando sus llamas sobre todo,
iba el calor del día declinando
y, lenta, se curvaba hacia el oriente
la sombra negra que vertía el muro.
“Desde el día hasta la noche”, gemía,
“del día hasta la noche, noche y día
y día y noche estoy siempre yo sola,
olvidada vivo y muero afligida”.
Cantó al anochecer una cigarra
y se escuchó un sonido cual marino
que la hizo abandonar la celosía
y corrió a asomarse a su balcón.
Por toda la extensión, rosa de fuego,
fulgían bajo el Héspero sus lágrimas,
y a través de las silentes esferas
se alzó la noche Cielo sobre Cielo.
Y ahora ya llorando se quejó:
“Ya es la noche que no tendrá otro día,
cuando al fin dejaré de estar a solas,
de vivir olvidada, el amor perdido.”
El hecho lamentable de que no haya sido posible dilucidar por parte de la crítica la autoría segura de este gran retrato, no nos impide a nosotros considerarlo como una muy notable ambrosía postal.
El retratado es Guglielmo Bilancioni (1881-1935), profesor de Otorrinolaringología, que sostiene en la mano una de esas cartitas italianas tan típicas de la época y de las que todos nosotros los filatélicos tenemos alguna…
Retrato de Guglielmo Bilancioni. Artista desconocido. Óleo sobre tela, 97 x 75 cm
De estas otras dos ambrosías postales sí que tenemos constancia segura de su autoría. Ambas son obra del artista italiano Pietro Longhi (1701-1785), que hace de unas sencillas cartas el cimiento narrativo de dos grandes pinturas. Excelentes.
"La lettera" (1746). Óleo sobre lienzo, 61x49.5 cm
"La lettera del moro" (1751). Óleo sobre lienzo, 62x50 cm
Lástima no disponer de una imagen más grande de este óleo del artista norteamericano Thomas Prichard Rossiter (1818-1871), La oficinal postal rural (The Rural Post Office, 1857), para poder ampliar unos detalles que suponemos deliciosos. No obstante y a pesar de este pequeño contratiempo, disfrutemos de esta bella pintura plenamente postal…
"The Rural Post Office" (1857). Óleo sobre lienzo, 49x69 cm
En esta maravillosa pintura del artista italiano Pompeo Mariani (1857-1927), la ambrosía postal está no tanto en el detalle inapreciable, como en la belleza impresionista y radiante del conjunto.
Entre los títulos con los que de ordinario se conoce este gran óleo, La lettera o Signora al Caffè (1908), preferimos el segundo, Señora en la cafetería. Exquisito.
"La lettera" o "Signora al Caffè" (1908). Óleo sobre panel, 49 x 34 cm
Asombrémonos con estas tres obras del artista suizo Jean-Etienne Liotard (1702-1789). Poesía escrita sin palabras, en estas bellas e inmarcesibles ambrosías postales.
"Mademoiselle Louise Jacquet" (1752), actriz. Retrato al pastel, 59.8×45 cm
"La liseuse" (La bella lectora), 1746. Pastel sobre pergamino, 54.5 × 43 cm
Detalle de esta versión de Liotard de "La liseuse"
"Una mujer pensativa". Pintura al temple
Última edición por ramon1843 el 12 Oct 2017, 19:23, editado 1 vez en total.
Vicepresidente SOFIMA | Académico RAHFeHP-AEP | Director EL ECO
~ CORREO FUERA DE VALIJA (XV a XIX) ~ CHASQUIS (XVII y XVIII)
~ MUESTRAS COMERCIALES (XIX) ~ SOBRES DE TELEGRAMAS (XIX)
~ CUBA TELÉGRAFOS (1868-96) ~ ALFONSILLO (1879) ~ BUZONES
Retrato de Ludovico di Terzi (1560). Óleo sobre lienzo, 101x82 cm
"Retrato de un hombre" (L'Avvocato, 1570). Óleo sobre lienzo, 89x72 cm
Giovanni Battista Moroni, retratista de excepción
Giovanni Battista Moroni ( 1525–1578) fue uno de los más grandes retratistas del siglo XVI. Aceptó muchos encargos de las gentes principales de su época, y en muchos de los retratos de medio cuerpo hizo un uso muy instrumental de las cartas para insinuar nobleza de espíritu y armonizar el equilibrio artístico de sus pinturas realistas y graves.
El Conde Alborghetti de Bérgamo y su hijo, sobre 1545-1550. Óleo sobre lienzo, 98x83 cm
"El caballero gentil" (1564). Óleo sobre lienzo, 100x81 cm
"Retrato de un hombre" (1553). Óleo sobre lienzo, 100x81 cm
Otra pintura con un gran fragor narrativo y que es una abrumadora ambrosía postal, obra del artista inglés George Sheridan Knowles (1863-1931). Así, y en primer plano, dos señoritas jóvenes y bellas leen una presumible carta de amor; el caballero apuesto que camina hacia la última instancia espacial de la obra, quizá a preguntar si hay correspondencia para él, no sin antes volverse para mirar a aquéllas; y al fondo, el cartero a caballo entregando otra cartita lacrada…
El título pueril de esta extraordinaria pintura, Carta de amor (1900), no degrada en modo alguno la emoción artística que nos depara su contemplación. Maravillosa.
"Carta de amor" (1900). Óleo sobre panel, 30.5x45.5 cm
Y dos retratos muy seductores y de una belleza lozana y sensual, La lettera (La carta) y Gelosia (Celos), obras de idéntico corte artístico del pintor italiano Natale Schiavoni (1777–1858).
Todavía recordamos el maravilloso lienzo del artista vienés Ferdinand Georg Waldmüller que hace unas páginas presentamos, Carta de amor (1849, viewtopic.php?f=15&t=14029&p=404460&hil ... 49#p404460). Este de ahora no le va a la zaga.
Se titula esta pintura Mädchen einen Brief lesend (Chica leyendo una carta, 1841), y es una obra de una belleza exaltada y arrebatadora de Waldmüller. ¡Espléndida!
"Mädchen einen Brief lesend" (1841). Óleo sobre lienzo, 120 × 103 cm
Y una maravilla más de Ferdinand Georg Waldmüller, que es sin duda uno de los más grandes artistas austríacos.
Su virtuosismo no admite discusión, como podemos ver en este retrato de la actriz Therese Krones (1801-1830), que Waldmüller terminó en 1824. Es una pintura elegante y bella, en la que esta joven mujer aparece rodeada de su sencillo y misterioso mundo, con una partitura sobre la mesa, al lado de unos libros, una pecera y una maceta, y con una cartita en la mano que reposa sobre su regazo...
Retrato de la actriz Therese Krones (1824). Óleo sobre panel, 46.8x37.4 cm
Última edición por ramon1843 el 08 Oct 2017, 12:32, editado 1 vez en total.
Otro artista de primer orden que sumamos a esta galería de delicias postales: el pintor francés François Gérard (Roma, 1770 – 1837, París), amigo y discípulo de Jacques-Louis David.
Lo hacemos además con un extraordinario retrato, de gran tamaño y realizado en la misma época (1805) en el que creó otra de sus obras más conocidas, una melancólica indagación en la belleza de la famosa Juliette Récamier. El retrato que mostramos como ambrosía postal es el dedicado a Madame Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, después princesa de Benevento, y donde podemos ver cómo esta dama agraciada tiene en una de sus manos una deliciosa carta lacrada, suave y delicadamente cogida...
Retrato de Madame Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord (1805). Óleo sobre lienzo, 225.7 x 164.8 cm
Detalle para ver mejor esa carta sostenida con tanta delicadeza...
Gustave Léonard De Jonghe (1829-1893), también inédito en este Tema, fue un excelente artista belga del siglo XIX. Gozó del favor y del aliento de la alta sociedad de su época, y pintó grandes obras, principalmente de interiores y retratos, que le dieron una gran y merecida fama.
Las dos obras con las que presentamos a De Jonghe son muy notables, tanto desde el punto de vista artístico, como desde el sencillo ademán postal: Escribiendo una carta y Carta de amor. Dos pinturas refinadas y sutiles, colmadas de una incisiva belleza artística y de una rotunda expresividad postal. Excelentes.
"Escribiendo una carta". Óleo sobre panel, 40,5 x 59,5 cm
"Carta de amor" (1867). Óleo sobre panel, 80,5 x 71 cm