Queridos amigos: creo que debo una explicación a mis amigos del foro acerca de lo ocurrido con mi colección en Málaga, y la puedo hacer ahora pues recién hoy he podido reunirme con el comisionado (o comisario) argentino que viajó a Málaga.
Me parece que esta explicación o resumen de los hechos va a venir bien a todos, sobre todo a los que (como yo) nunca habíamos expuesto en una muestra internacional.
Por sobre todo, debo aclarar que he sido tratado con enorme profesionalismo. En primer lugar, por el propio comisionado, quien se preocupó por obtener toda la información necesaria, por explicarme que los juicios de los jurados no lo son sobre las personas, y por condolerse conmigo por un resultado no querido.
Luego de exponer en Buenos Aires (donde obtuve medalla de oro, en una exposición cuyos jurados eran jurados de la FIP, como en Málaga), "colgué" una copia de la colección en la web. Los comentarios que recibí de varios conforeros (Jaume y Matrix en particular) me permitieron rediseñar la colección, eliminar referencias (y piezas) incorrectas, etc. Al mismo tiempo añadí muchas otras (como un bloque de diez del Ed. 41 con un clisé de dos reales -Ed. 42ec-), etc. Realmente quedé contento con el resultado. No obstante, un jurado FIP que vive en la Argentina me dijo, amenazante, que exponer en España sellos españoles y obtener un premio me iba a resultar muy difícil. Creo que así fue, pero por razones distintas a las que él sugería.
En Málaga, inesperadamente para mí, mi colección fue "no calificada". No es que fue "descalificada", sino que el jurado directamente no se expidió sobre ella, al haber detectado cinco piezas falsas en ella. (Al mismo tiempo, agrego, un libro que presenté en la categoría de literatura mereció medalla de plata grande). Mientras no pude hablar con el comisionado tuve una gran angustia, pensando que las piezas que yo más aprecio podían ser consideradas falsas. En parte por el precio pagado, por supuesto, pero en gran parte por el hecho de que hace ya muchos años que no compro sellos sino a conocidos y reputados comerciantes en España. Difícilmente compre algo fuera de España, y salvo por los sellos de menor valor, siempre lo hago con certificado. ESE FUE MI ERROR.
Hoy el comisario me mostró los dictámenes (por escrito) de los jurados. Debo decir que tanto ellos (los certificados) como la conducta de los jurados me han parecido de un tremendo profesionalismo. Además, como dije, me produjeron un enorme alivio: imagínense, si alguna de las piezas que yo más aprecio de mi colección hubieran sido falsas: ¿que valor tendrían entonces los certificados? ¿que posibilidad habría de reclamo, pasado un largo tiempo, como ocurre en algunos casos? ¿que pasaría si uno fuera a dudar de los grandes comerciantes españoles a los que he comprado sellos por años?
El jurado ha objetado como falsos: (1) un 10 reales verde de 1850 (Ed. 5) usado y con escasos márgenes, exhibido sólo para mostrar el matasellos "araña", pues también presenté un ejemplar en nuevo con buenos márgenes; (2) un bloque de cuatro del sello de seis cuartos de 1854, (Ed. 24) exhibido quizás innecesariamente para mostrar el color carmín claro, al lado de otro bloque de color carmín oscuro y de un sobre franqueado con el color rojo ladrillo no catalogado y que no merecieron objeciones; (3) un sello de doce cuartos naranja (Ed. NE1a), para colmo de males barrado, mostrado para evidenciar la existencia de dos tiradas de ese sello; (4) un sello de doce cuartos de 1864 (Ed. 65), que identifiqué como uno de los pocos falsos postales que señala edifil (Ed. 65Fa) y que según el jurado es un falso filatélico, y, finalmente, (5) un sobre circulado de Marsella a Madrid tasado con el sello de un real de 1862 (Ed. 61) por franqueo insuficiente, sobre el cual el jurado dice que la marca de multa es falsa. Salvo este último, EL VALOR DE NINGUNA DE LAS PIEZAS -de ser auténticas- EXCEDE LOS 50 EUROS. Ese fue mi error: pensar que no hay sellos falsos entre los sellos baratos, y haber bajado la guardia en esos casos. Tengo toda la literatura posible sobre clásicos (pero eso no me convierte en un experto ni mucho menos), así que la culpa no es más que mía. Debí haber sido más cuidadoso, mucho más cuidadoso. Y quizás el afán de mostrar todo de una sola vez, el vértigo de pensar que hay que llenar 80 hojas, de pensar que ese sellito que quizas sea sólo un relleno no tiene importancia si es verdadero o falso y, otra vez, pensar que nadie se va a tomar el trabajo de falsificar un sello de poco o escaso valor. EL DIABLO ESTA EN LOS DETALLES.
Tengo, por supuesto, algunas dudas, como por ejemplo, ¿cómo se autentica un sello o un sobre expuesto sin someterlo a análisis rigurosos que no pueden hacerse en el marco de una exposición, donde seguramente nadie llevó los aparatos necesarios para eso? ¿puede equivocarse un jurado alguna vez?
Creo en mi caso que no se equivocaron en la mayoría de los casos; creo que en uno o dos (las piezas 4 y 5 mencionadas) si bien pueden ser falsos, no estoy demasiado seguro de que haya certeza absoluta al respecto.
De todas maneras, a mí me ha servido de lección. Ningún sello objetado viene de un comerciante conocido; ninguno es de gran valor, pero tuvieron el efecto de "infectar" mi colección.
La voy a "colgar" en la red de todas maneras, así podéis ver lo que sigo considerando que es una buena colección, con cinco errores propios de un coleccionista a quien alguna vez alguien le dio gato por liebre. Espero que no ocurra otra vez.
Perdón por haberos dado la lata, pero fue afectuosamente.
A los que leyeron hasta acá, muchas gracias!
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