El 14 de marzo pujo en Soler y Llach por un lote que inicialmente marca 250 €. Se trata del 1191, carta con un sello de Franquicias Militares. Lo gano y pago por él un total de 324,60.
Cuando lo recibo descubro que la esquina inferior izquierda, deteriorada, ha sido rellenada con una cantonera. Ni en la foto ni en la descripción se hacía mención. Devuelvo el lote y, no sin tensión, me es devuelto el importe.
El 10 de julio pujo, a través de la web, por el lote 363 que tiene una salida de 100 €. Yo subo hasta 150. El comprobante que conservo atestigua que el procedimiento se completó sin problemas.
Días después descubro que ha sido adjudicado por 145, con lo que se instala la alegría en Can Filatelio. Pero... pasa el tiempo y no recibo noticias de Soler i Llach.
Me pongo en contacto telefónico y una amable señora me anuncia que no tiene constancia de mi puja, por lo que el lote no me ha correspondido. Insisto en que debe haber un error, me pide tiempo para averiguaciones y, al día siguiente, me comunica que no se había aceptado mi puja porque el señor Llach había hecho una anotación en mi ficha de cliente indicando que no me gustaría el lote.

Ni qué decir que tengo al santo rasgándose las vestiduras, mesándose las luengas barbas y despotricando en arameo.
Saludos