Aparte de la filatelia socio-económica que comentan los compañeros arriba, hay que tener en cuenta que a la llegada del correo prefilatélico, sobre todo gran parte del siglo XVIII no existía el reparto de carteros, que se crea en Madrid por primera vez en mil setecientos y pico (hablo de memoria).
A la llegada de las valijas, se confeccionaba una lista con las personas que tenían correo y se exponían en la puerta de la oficinas a la vista de todos. La persona que estaba esperando correo se daba una vuelta, leía y si había llegado, recogía su correo. Esto es ni más ni menos que la
LISTA DE CORREOS actual. (
Si, esa que tu usas para enviar bonitos sobres canadienses)
Los habituados a recibir correo diario, tenían empleados de su casa o comercio incluso personas contratadas para ir a ver la lista y que les recogieran su correo. Me da que de entonces viene la expresión LISTERO, o sea persona que confecciona, cuenta o lee en una lista.
Posteriormente, las cartas que durante varios días no eran recogidas, por ausencia, o persona transeúnte en la ciudad o por cualquier otro motivo, eran referenciadas en OTRA lista, la famosa
LISTA DE CARTERÍA, se exponían a la vista de todos y se guardaban un tiempo hasta que fueran a recogerlas o se destruían si no había manera de saber el remitente. Esta LISTA es la misma que existe hoy en dia y es el lugar al cual tu vas a recoger la carta o paquete que no te entregaron en casa, con el aviso que te dejó el cartero.
En las ciudades grandes ya en el XVIII empiezan a aparecer menciones de dirección o cargo en el correo particular y comercial:
D. Fulano de Tal, lectoral de la Iglesia de San Mengano.
D. Zutano de Tal, del Comercio.
D. Mengano de Cual, en casa de Dña. Zutana de Tal.
Dña. Mengana de Tal, cava baja de S. Bernardo
El correo oficial, menos problemático en su entrega, era separado el primero del resto del correo y entregado bajo firma a la persona autorizada a recogerlo.
También en el XVIII empieza a aparecer el APARTADO, tanto de la correspondencia oficial como la de la particular. En este caso, se pagaba una cantidad anual por tener el derecho a que la correspondencia se apartara y guardara hasta que fuera el destinatario o persona autorizada a recogerlo.
Esto es ni más ni menos que el APARTADO DE CORREOS y el APARTADO DE CORREOS OFICIAL, que aún hoy en día existen.
Nada nuevo bajo el sol.
