
- Apunte preliminar de Willem Adriaan van Konijnenburg, para el diseño del sello de Erasmus

- Erasmus, por Hans Holbein el Joven, 1523. Kunstmuseum de Basilea. Hay otra versión de este retrato en el Museo del Louvre
Erasmus. Elogio de dos grandes sellos
Es una coincidencia curiosa, si no en realidad muy significativa, que
Johannes Warnaar y
Samuel Louis Hartz grabasen su último y su primer sello metropolitano simultánea y, sólo quizá, fatal y felizmente. Pues tenemos constancia gráfica de que
Warnaar, entonces a punto de cumplir 70 años, grabó el sello de
Erasmus previsto para el 1 de mayo de
1936, al tiempo que un joven y prometedor
Sem Hartz, con sólo 24 años en aquellos momentos, realizó a su vez la misma talla a partir de un diseño prácticamente idéntico, inspirado en una versión de uno de los varios retratos que del humanista hiciese
Hans Holbein el Joven.
Finalmente el sello emitido sería el de
Hartz, que hace muchas páginas expusimos y que ahora recuperamos, mientras que el grabado por
Warnaar, del que ofrecemos una imagen elocuente con una prueba de punzón, quizá fuese descartado en el último instante. ¿Qué pudo suceder? No tenemos constancia de que este grabado se usase para ningún documento especial, y a partir de entonces
Warnaar ya no volvió a grabar ningún sello nacional. ¿Acaso consideró una ofensa el que se descartase su grabado y se prefiriera el de un jovenzuelo engreído y con talento? ¿O tal vez
Enschedé quiso cubrir cualquier eventualidad y encargó a
Warnaar un grabado alternativo por si el de
Hartz no resultaba harto convincente?
En contra de esta última hipótesis está el hecho de que
Harzt grabó otro de los retratos de esa serie social de
1936, concretamente el del físico
Heike Kamerlingh Onnes, y no se conoce sin embargo grabado alternativo alguno para este sello. Y además,
Warnaar no grabó ningún otro sello de esta serie sobretasada, si bien por su edad avanzada, tampoco es demasiado arriesgado presumir que su despedida fue en realidad muy cordial y grata.
Curiosamente, casi quince años antes de este lance incierto,
Johannes Warnaar protagonizó otro incidente similar, sólo que esta vez era él, entonces recién llegado a
Enschedé, pues se incorporó siendo ya un grabador muy experimentado, quien salió
vencedor frente a quien en esos años era el artista más prestigioso,
Johannes Aarts, si bien al final se optó, debido al enfado de éste, por una solución salomónica. Así, en la famosa serie conmemorativa de
1923, se admitió un grabado de cada artista, aunque el elegido de
Warnaar, que fue el del perfil de la
reina Wilhelmina, resultó ser el más atractivo y apetecible conocido de antemano el diseño.
¿Qué pasó, pues, en la primavera de
1936? ¿Se eligió entre un
Erasmus y otro, o sólo fue un ejercicio de previsión acordado con anterioridad? Difícil es saberlo con certeza, por más que todo parezca indicar que
Enschedé simplemente eligió el grabado del joven talento. Apuntar, por lo demás, que
Hartz grabó otra vez a
Erasmus para un sello neerlandés de
1969, con ocasión de conmemorar los quinientos años del natalicio del gran escritor.
Cerramos esta entrada tan discursiva de la mejor manera posible, con un broche de excepción: el retrato a buril de
Erasmo que terminó en
1526 Albrecht Dürer, uno de los mejores grabadores de la historia. Un grabado además que, al igual que el sello emitido por los
Países Bajos en
1936, también fue objeto de suspicacias y desavenencias, bien que de otra índole.
Y es que
Albrecht Dürer tardó casi seis años en cumplir el encargo de
Erasmus, y encima y después de todo, el humanista no quedó en exceso satisfecho. Tal vez
Durero presintió el desagrado del pensador y por eso en el fondo y debajo de la inscripción en latín, escribió en griego que
el mejor retrato de un hombre es su obra...

- Sello finalmente emitido el 1 de mayo de 1936, Erasmus. Grabado de Sem Hartz

- Prueba de punzón del grabado de Warnaar, primavera de 1936

- Retrato de Erasmus, por Albrecht Dürer, 1526. Grabado a buril sobre cobre, 24.8 x 19.1 cm