Creo que en los documentos del tipo anterior, que se cumplimentaban en los registros civiles, se pagaba hasta por respirar. Como se trataba de documentos muy necesarios para el interesado, se hacía de tripas corazón y se abonaban resignadamente todas las pólizas y timbres que el funcionario iba pegando sin explicar mucho.
En el impreso aportado por sintiempo, el derecho arancelario abonable en pólizas o sellos se cubre con la póliza de 3 pesetas (no hay pólizas de 2,40 ptas, por lo que ya se pagaba un redondeo de 60 céntimos) los demás timbres cumplían otras funciones: El sello del impreso y el azul de abajo eran benéficos para las viudas y
huérfanos de los funcionarios, el primero obligatorio porque es parte del impreso, y el segundo "voluntario" (una voluntariedad bastante forzada, según creo). El rojo de una peseta es una póliza de urgencia que agilizaba la lenta tramitación. El timbre móvil, que suponia un sello fiscal de uso genérico, posiblemente abonaba el derecho de inscripción en los libros del registro.
Subo el siguiente fragmento de un certificado de empadronamiento cumplimentado por un registro civil.
El documento es enterofiscal con timbre impreso con su precio de adquisición. Se añaden como pagos al estado 2 timbres móviles de 40 céntimos y una póliza de 3 pesetas. Como aportación "voluntaria" a las viudas y
huérfanos de los funcionarios del registro civil se añade las 4/8 partes de un timbre benéfico (a razón de 50 céntimos por octavo). El costo total para el interesado fué de 6,10 pesetas, que en 1957 no debía ser poco.

Me entretengo en calma con las filatelias paralelas.
Socio del C.F.N. de Huelva y socio de Afinet. Pueden llamarme Dok.